El Pentágono está recibiendo solicitudes de países que se interesan en las armas de los Estados Unidos usadas en Ucrania.

Al ver otras naciones el impacto de las armas de Estados Unidos en la guerra en Ucrania, el Pentágono está recibiendo más solicitudes para su adquisición, incluyendo el sistema de cohetes de alta tecnología que las fuerzas ucranianas han utilizado exitosamente contra almacenes de municiones y otras provisiones rusas, indicaron funcionarios de defensa el viernes.

Bill LaPlante, subsecretario de adquisiciones del departamento, les dijo a periodistas que el Pentágono ha estado trabajando con la industria de defensa para incrementar las líneas de producción con el fin de atender las peticiones de Estados Unidos e internacionales para ciertos tipos de armas. Y dijo que algunos países ya han empezado a preguntar sobre el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS, por sus siglas en inglés) porque les interesa comprarlo.

En consecuencia, señaló, Estados Unidos tiene que reemplazar las existencias de los sistemas HIMARS que envió a Ucrania —a un costo proyectado hasta ahora de unos 33 millones de dólares— y también pronosticar qué tanta demanda tendrán en el extranjero en el futuro.

De acuerdo con el Pentágono, el departamento ya está trabajando para reemplazar las existencias de armas y equipo por un valor de aproximadamente 7.000 millones de dólares que fueron puestos a disposición para su venta de forma que pudiesen ser enviados con rapidez a Ucrania. De esa cantidad, ya se han firmado contratos por unos 1.200 millones de dólares, y aproximadamente la mitad de esa cantidad fue para misiles Stinger.

El Congreso proporcionó un total de 12.500 millones de dólares para efectuar este tipo de reemplazos de existencias en lo que va del año, así como otros 6.000 millones para adquirir armas y equipo directamente de la industria con el fin de enviarlos a Ucrania. Podrían requerirse varios años para que los artículos en los contratos sean entregados.

Parte del dinero será empleado en invertir en la base industrial de defensa de forma que las compañías puedan ampliar o agilizar su producción.

“Seguimos comprometidos a producir las cosas que están en los contratos lo más rápidamente posible, fundamentalmente para enviar una señal clara y persistente a nuestros socios de la industria de que sí hay demanda», dijo LaPlante. Como ejemplo, señaló, en estos momentos la industria está produciendo unas 14.400 municiones para el obús de artillería cada mes, pero el plan es incrementar la manufactura a 36.000 mensuales en unos tres años.

Incluso esa cantidad, hizo notar, podría ser insuficiente para el nivel de demanda. Por lo tanto, el Ejército de Estados Unidos ha contactado a otras compañías en todo el mundo para adquirir 250.000 cartuchos de esas municiones.

En algunos casos, dijo LaPlante, hay soluciones sencillas para incrementar la capacidad de producción y en otras se requiere más creatividad. Reiniciar la producción de misiles Stinger, señaló, obligó a los contratistas a generar partes alternas para reemplazar las obsoletas.

Fuente: Independent

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