Setenta y cinco años después del primer vuelo supersónico de la historia, la misión Quesst de la NASA tiene como objetivo eliminar el estruendo que se produce al superar la velocidad del sonido, con la esperanza de que este logro de paso a “una nueva era” de viajes aéreos comerciales de alta velocidad.
“Aquel primer vuelo supersónico fue un logro tremendo, y ahora vemos lo lejos que hemos llegado desde entonces”, señaló Catherine Bahm, ingeniera aeronáutica del Centro de Investigación de Vuelos Armstrong de la NASA en California. “Lo que estamos haciendo ahora es la culminación de mucho de su trabajo”.
El estruendo sónico ha frenado el desarrollo de los viajes supersónicos, ya que EE.UU. y otros países los prohibieron sobre tierra debido a las molestias que el sonido producía en el suelo.
El avión X-59, desarrollado por Lockheed Martin en el marco del proyecto “Low Boom Flight Demonstrator” [Vuelo de demostración de bajo estruendo], es uno de los elementos clave del plan de la NASA para amortiguar el estruendo sónico.
Para reducir la intensidad del estruendo sónico, los ingenieros aeronáuticos han manipulado la forma del avión para suavizar el ruido.
Los primeros vuelos de la nave están previstos para 2023, con sobrevuelos de barrios destinados a estudiar cómo reacciona la gente al “golpe” sónico más silencioso que produce.
Los resultados se compartirán con los organismos reguladores, y la NASA espera que consideren el levantamiento de la prohibición de los vuelos supersónicos por tierra.
“Llevamos casi 50 años atascados con nuestros aviones de pasajeros a Mach 0,8, así que poder llegar allí -donde sea- mucho más rápido sigue siendo una especie de sueño sin cumplir”, comentó Peter Coen, director de integración de misiones de la NASA para Quesst.
“Con el X-59 en vuelo en la misión Quesst, creo que estamos preparados para romper la barrera del sonido una vez más”.
Por Anthony Cuthbertson
Fuente: Independent