Como parte de su compromiso de retribución con su comunidad la joven preparó un taller de estimulación para trabajar en el área motriz, cognitiva, memoria, atención y lo socioafectivo.



El taller es parte de su compromiso de retribución comunitaria con su territorio de origen al adjudicarse la beca, el cual estuvo enfocado en los adultos mayores, quienes realizaron diversos ejercicios didácticos, de entretención y competencia, con el fin de trabajar y estimular el área motriz, cognitiva, memoria, atención y también lo socioafectivo.
La invitación fue abierta y gratuita para toda la comunidad y quienes aprovecharon la instancia estaban felices y deseosos de que se repita tal como lo manifestó Erika Pérez, tesorera de la comunidad indígena de Chiu Chiu. “Muy bueno, ojalá que no sea la primera ni la última, que sigamos, que sea continuo. A nosotros nos hace mucha falta este tipo de cosas, de salir un rato de la casa, conversar, reírse, conversar nuestra vida, comunicar las penas, las alegrías”.
En total ya no son más de 600 estudiantes de Alto El Loa y asociaciones y comunidades indígenas de Cala









