En el marco del quinto aniversario de la Fundación DKMS en Chile, Eduardo Günther pudo finalmente conocer a Sofía Galindo, una niña a quien salvó en 2018 tras donarle células madre sanguíneas.
En menos de cinco años, Sofía Galindo enfrentó dos diagnósticos: primero leucemia linfoblástica y luego, en su año de remisión, leucemia mieloide. Su mamá, Valentina Poza, siempre estuvo a su lado, acompañándola entre Arauco y Santiago para ir al doctor. Sin embargo, ella no era compatible con su hija para donarle células madre sanguíneas.
Por eso, los médicos decidieron expandir la búsqueda a registros de donantes no emparentados, como los de la Fundación DKMS. Por azar genético, es posible encontrar a personas no emparentadas que comparten características de compatibilidad o, como DKMS los llama, “hermanos de sangre”. Mientras más personas estén registradas, la probabilidad de encontrar a un donante compatible con un paciente aumenta. Cada persona es una nueva posibilidad.Gracias a eso, Sofía hizo match con Eduardo Günther Schmauck, su “hermano de sangre”.
Eduardo se había registrado en 2017. “Todo inicia cuando busco en internet acerca de plaquetas y llego al sitio web de DKMS. Luego de leer pensé en mis hijos y que nadie está libre del cáncer por lo que me animé a registrarme vía web”, cuenta.
En febrero de 2018, recibió una llamada de la Fundación, en la que le indicaban que su hermana de sangre necesitaba su apoyo. “Su pregunta fue ‘¿aún quieres dar vida?’ Fue un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo lleno de emociones que nunca había sentido. Fue una sensación extraña pero se sentía bien, inmediatamente pensé en mis hijos y sentí que era bendecido por Dios. Sin pensarlo y con voz convincente le dije: ‘¡¡SÍ!! Por supuesto, ¿qué debo hacer?”.
En ese entonces, Eduardo vivía en el sur, y tuvo que viajar a Santiago para realizar la donación. Después de que todo saliera bien con Sofía, la Fundación los puso en contacto por cartas. Aún no podían verse. Después, Eduardo se cambió a Santiago, vino el estallido social y la pandemia, por lo que el único encuentro que pudieron establecer fue por videollamada. “Fue un momento de emoción en la que no hay palabra alguna para describirlo ya que es algo que solo los que tenemos la dicha de haberlo vivido y sentido lo sabemos. Después, no tuve ese regalo de poder abrazarla ni de vernos físicamente”, cuenta.
Hasta el 29 de marzo de este año cuando, en el marco del quinto aniversario de DKMS, ambos pudieron reunirse en persona y abrazarse. “Esta experiencia ha marcado un antes y un después en mi vida y mi familia. Desde hace 5 años me considero un evangelizador en cuanto a donación de células madres se trata, pues hay mucho desconocimiento y miedo referente a ser donante y con mi experiencia he logrado que muchísimas personas tomen la decisión de registrarse y ser un potencial donante. Todos tenemos una misión en nuestra vida, ahora entendí que la mía no solo era salvar una vida sino hacer que muchos otros puedan salvar más vidas contando mi bella experiencia”, comenta Eduardo.
Hoy, DKMS hace una invitación a seguir el ejemplo de Eduardo y registrarse. Hacerlo es muy simple y no tiene costo. Los requisitos son tener entre 18 y 55 años, contar con buena salud y vivir en Chile. Quienes cumplan y quieran registrarse deben ingresar a la página www.dkms.cl y seguir los pasos indicados en la página. De esta manera, aumentan las posibilidades de que los pacientes como Sofía tengan una segunda oportunidad de vida.