Por diferencias religiosas fueron sepultados en cemeterios separados, pero el matrimonio se mantiene unido después de 141 años

  • No hay nada que pueda vencer al amor
  • .Católicos y protestantes se encontraban inevitablemente separados en el cementerio de Roermond por grandes muros de ladrillo. Lo que nadie se imaginaba es que con un poco de inteligencia y picardía, esta pareja descubrió la manera de permanecer juntos para siempre y mostrar su amor al mundo incluso tras su muerte.

Es raro en hoy en día, que el hecho de que dos personas contraigan matrimonio pueda causar un escándalo. Es algo casi automático que si dos personas se aman y desean casarse, lo hagan y nosotros lo que hacemos es desearles buena suerte en su nueva etapa.

Sin embargo, no siempre fue así. Cualquier cosa, incluso las circunstancias más bobas que podamos imaginar, hacían que las personas se mantuviesen separadas. En Los Países Bajos, durante el siglo XIX, fue principalmente la diferencia de clases y la religión lo que hizo que muchos parejas no se casaran.

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Sorprendentemente, en 1842, y sin preocuparse por lo que la sociedad pudiese pensar de ellos, una mujer de 22 años se casó con un coronel de 33. Sin embargo, la diferencia de edad no fue la razón que hizo provocar cierto rechazo ante esa unión.

Ella era Jonkvroure J.C.P.H Van Aefferden, una mujer católica y miembro de la aristocracia holandesa. Su esposo, el coronel J.W.C Van Gorcum, era un plebeyo y protestante. Su matrimonio causó todo un revuelo en la ciudad de Roermond, pero a la pareja no le importó lo más mínimo.

Permanecieron casados durante 38 años hasta que Van Gorcum falleció en 1880. Como era costumbre, fue enterrado en la zona protestante del cementerio local, el cual dividió a sus ocupantes según la fe que prefesaban. Cada sección se encontraba dividida por grandes muros de ladrillo de manera que judíos, protestantes y católicos tuviesen un recinto propio.

Esto suponía que Van Aefferden no podría ser enterrada junto a su esposo. Asi que se le ocurrió un plan inteligente que sigue encandilando los corazones de la gente hoy en día, y que demuestra que no hay nada que pueda vencer al amor.

Cuando su marido protestante falleció en 1880, Jonkvroure comprendió que no serían capaces de ser enterrados juntos porque practicaban religiones diferentes.

Aunque tanto Van Aefferden como su esposo eran cristianos, en aquellos tiempos se consideraban diferentes, por suerte, van Aefferden tenía un plan.

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Antes de que Van Aefferden falleciese en 1888, se aseguro de que su tumba se colocara justo al otro lado de la pared que la separaba de su esposo.

Luego se aseguró de que construyesen unas lápidas lo bastante altas como para que superasen al muro y unas manos entrelazadas que las conectara entre sí en honor a la unión que existiría para siempre entre ella y su amor.

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Las manos unen a la pareja por encima del muro y muestran una vez más como el amor unió a esta pareja por encima de cualquier pensamiento religión o diferencia de clase. Demuestra que no importa qué reglas rijan la sociedad ya que el amor siempre vence ante cualquier adversidad.

Esta es la tumba de Van Gorcum, la cual está decorada con una calabera y unos huesos cruzados tallados en la piedra, mientras que al otro lado se encuentra el lugar de descanso de Van Aefferden, el cual está decorado con un escudo que posiblemente pertenezca a su familia.

Aunque este matrimonio levantó más de una crítica, la familia está orgullosa de que el amor de sus antepasados diese lugar a un monumento único. A pesar de que su matrimonio fuese considerado poco convencional en aquella época, la pareja fue muy querida en Roermond.

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Hoy en día, su tumba es un lugar muy popular en el pueblo de Roermond, y se erige como testimonio de la unión eterna entre dos individuos y como símbolo de que el amor puede unir a la gente sin importar las barreras a las que se enfrenten.

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