Lula da Silva se equivocó en las formas

Por Felipe Vergara Maldonado

Analista Político

Universidad Andrés Bello

Recientemente el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, comparó las acciones de Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza con el holocausto vivido por los judíos de manos del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. La comparación realizada por Lula y que le valió ser considerado como Persona Non Grata por parte de Israel se aleja de la realidad, pues el genocidio, los campos de concentración y la persecución sufrida por el pueblo judío por el ejército Nazi son hechos inimaginables como sociedad. Otra cosa es el atropello a los Derechos Humanos y el ataque constante e indiscriminado del ejército israelita contra civiles en la Franja de Gaza, y ahí sí tiene asidero lo planteado por el presidente brasileño en contra de Israel.

El actuar de Benjamín Netanyahu es difícil de entender; el ataque a hospitales, escuelas y en general a la comunidad civil infringe cualquier norma de guerra y atenta reiteradamente contra los Derechos Humanos de dicha población. Con esto no pretendo disminuir ni minimizar los gravísimos ataques terroristas de Hamás contra la comunidad israelita y que costaron la vida de más de 1.200 personas y el secuestro aproximado de otras 250 israelitas, pero de ahí a invadir indiscriminadamente a toda la Franja de Gaza, matando a más de 26.000 palestinos, de los cuales cerca de 9.000 son niños, tiene evidentemente características de genocidio, por algo inicialmente Sudáfrica y posteriormente Chile, Brasil, entre otros países del orbe, han denunciado a Israel ante la Corte Internacional de Justicia por la violaciones sistemáticas del derecho internacional en Gaza.

La escalada bélica en dichos territorios no sólo ha traído un alto número de muertes, desplazados y crisis humanitarias, sino que además se vislumbra como un conflicto que se extiende más allá de la Franja en cuestión, involucrando a Cisjordania dentro del mismo territorio en conflicto; también a Egipto, El Líbano, Siria y Jordania como países limítrofes, y extendiéndose a toda la zona del Medio Oriente con intereses estratégicos, religiosos y políticos en lo que ahí sucede; y también a naciones que han solidarizado con la causa palestina o las intervenciones israelitas, donde el más ferviente defensor de estos últimos es Estados Unidos.

Todo lo anterior, sólo hace más complejo lograr una solución armónica para la guerra en la Franja de Gaza y muy poco probable que este armisticio se logre en el corto plazo. Por el contrario, puede ir profundizándose con el paso de los días, involucrando nuevos actores y agudizando la crisis sanitaria que vive hoy el pueblo palestino.

La gravedad de los rehenes israelitas capturados por Hamás es dramática y atenta contra la dignidad de los cientos de judíos secuestrados, de sus familias y cercanos; de igual forma, la escalada militar del ejército de Israel en la Franja de Gaza, no concluye con la eliminación del movimiento terrorista Hamás, sino que profundiza el desamparo de Palestina, una la Nación oprimida por décadas y obligada a vivir en una condición de refugiados en territorios que les fueron propios; situación paradójica, considerando que el pueblo de Israel vivió por milenios una realidad de persecución y expulsión en esos mismos territorios.

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