El Director de Kinesiología UST Santiago, Alexis Espinoza, explica la importancia de realizar ejercicio físico a diario y cómo podemos cuidar nuestra salud a través del popular método NEAT.
Esta semana se conmemoró el Día Mundial de la Actividad Física, un recordatorio sobre la importancia de mantenernos activos y preservar nuestra salud. No obstante, detrás de esta fecha se esconde una realidad alarmante: la inactividad física se ha convertido en un factor de riesgo significativo para la salud de las personas.
Según la Organización Mundial de la Salud, 3,2 millones de personas fallecen cada año en todo el mundo debido a la «inactividad física», ubicándola como el cuarto factor de riesgo más importante asociado con la mortalidad. Este dato es un llamado urgente a la acción para reconsiderar nuestro estilo de vida sedentario y priorizar la actividad física en nuestras rutinas diarias.
El Director de Kinesiología UST Santiago, Alexis Espinoza, dice que “la ciencia ha demostrado repetidamente los beneficios que la actividad física regular aporta a nuestra salud, lo que va desde la reducción de riesgos de enfermedades cardiovasculares hasta la prevención del envejecimiento prematuro y otras enfermedades crónicas no transmisibles. A raíz de esto, es que el ejercicio físico es una herramienta poderosa para mejorar nuestra calidad de vida”.
“Sin embargo, a veces nos encontramos con una percepción limitada del concepto de actividad física, pues la asociamos principalmente con ejercicios estructurados y planificados, como el deporte o el entrenamiento en el gimnasio, olvidando que abarca mucho más que eso”, añadió, explicando que corresponde a “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiere gasto de energía”.
“Es crucial comprender que la actividad física puede ser recreativa, deportiva, laboral o incluso parte de nuestras actividades diarias y de las acciones más simples como caminar más pasos, utilizar escaleras en lugar de ascensores o preferir la bicicleta como medio de transporte. Todo esto contribuye significativamente a nuestro bienestar físico y mental”, sostuvo el experto.
Espinoza también detalló que “un concepto clave que a menudo pasamos por alto es el NEAT (non-exercise activity thermogenesis), que se refiere al gasto energético resultante de todas las acciones, más o menos rutinarias, que no se consideran deportivas pero que requieren un esfuerzo físico. Incorporar más NEAT en nuestra vida cotidiana puede marcar una gran diferencia en nuestra salud general”.
“El día mundial de la Actividad Física nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre nuestro nivel de actividad física y su impacto en nuestra salud. Es hora de priorizar nuestro bienestar, adoptando un enfoque más consciente hacia la actividad física en todas sus formas. Recordemos que cada paso cuenta y cada pequeño cambio en nuestra rutina puede llevarnos hacia un futuro más saludable y activo”, concluyó.