En el entorno empresarial actual, donde reforzar la posición en el mercado es fundamental, aparecen nuevas estrategias financieras que ganan popularidad. Entre ellas, las empresas cautivas. Expertos en gestión de riesgo explican cómo funciona este instrumento y sus beneficios para las empresas.
Santiago. En el dinámico y competitivo mundo empresarial, la búsqueda de estrategias financieras sólidas y la optimización de recursos son fundamentales para el éxito sostenible a lo largo del tiempo. En este contexto, las empresas cautivas han emergido como un instrumento estratégico que no solo impulsa la autogestión de riesgos, sino que también agrega protección y mayor flexibilidad financiera a las organizaciones.
Las empresas cautivas son filiales creadas dentro de una compañía matriz con el propósito de asegurar todo o parte del riesgo de la empresa. Esta herramienta puede ser una excelente solución para optimizar el control de riesgos a nivel global, minimizando los costos e incluso generando nuevas fuentes de ingreso.
A través de este instrumento financiero las compañías pueden asegurar sus propias operaciones, diseñando y gestionando programas de seguros personalizados para cubrir una amplia gama de riesgos.
“Hemos visto un paso acelerado durante los últimos 24 meses en la ejecución de este tipo de mecanismo de transferencia de riesgos, siendo ya varias las compañías chilenas que han establecido empresas cautivas, como un excelente mecanismo de transferencia de riesgos en el exterior”, comenta Daniel Lewinsohn, Líder de Risk Management de Marsh Chile.
Una empresa cautiva permite a las organizaciones tomar el timón de su estrategia de seguros, adaptándola de manera precisa a sus necesidades y evitando las limitaciones impuestas por las pólizas convencionales en el mercado.
Cómo funcionan y por qué son una elección inteligente
En lugar de depender únicamente de pólizas comerciales externas, las empresas cautivas permiten a las organizaciones retener una parte de los riesgos que normalmente transferirían a terceros. Esto no solo brinda un mayor control sobre la gestión de riesgos, sino que también puede generar importantes ahorros a lo largo del tiempo. Las primas pagadas a la propia empresa cautiva pueden ser una inversión estratégica, ya que los excedentes generados pueden acumularse y generar ganancias, fortaleciendo la posición financiera de la empresa.
“Una empresa cautiva permite transferir de forma eficaz aquellos riesgos que el mercado de seguros tradicional tarifica de forma poco eficiente, donde el uso del capital del mercado de seguros es menos eficiente que el uso del capital propio, así como en aquellos casos donde se limitan coberturas y/o son de baja frecuencia siniestral, por nombrar un sinnúmero de otros beneficios. Las grandes corporaciones mundiales tienen incluso más de una empresa cautiva como un instrumento financiero de transferencia de riesgos eficiente, donde el uso del capital propio es clave para el desarrollo y sostenibilidad de la compañía en el largo plazo”, señala Lewinsohn.
Además, este instrumento permite operar con mayor flexibilidad en términos de diseño de políticas. Esto significa que las organizaciones pueden adaptar sus coberturas y términos de seguro para reflejar de manera precisa sus necesidades y exposiciones específicas. Como resultado, las empresas pueden maximizar la protección de sus activos mientras optimizan sus costos de seguros.
Al permitir un mayor control, flexibilidad y potencial de ahorro, las empresas cautivas se han convertido en una opción atractiva para las grandes organizaciones que buscan optimizar sus operaciones y fortalecer su posición en el mercado.