¿Cuáles son los accidentes más frecuentes en jardines infantiles?

¿Cómo reaccionar ante una caída, quemadura u otro tipo de lesión? Un equipo de la carrera de Enfermería de la Universidad Andrés Bello capacita a personal de Integra en la Región del Biobío para reaccionar ante una eventual emergencia a través del proyecto “Seguro en mi jardín”.

El 55% de los accidentes que involucran a los niños más pequeños están relacionados con caídas, mientras que cerca del 30% implican golpes o contusiones. Las lesiones cutáneas, como las heridas, también son frecuentes y otras como las quemaduras, si bien ocurren en menor medida, se consideran graves debido a su potencial impacto en la salud del niño y por eso es clave trabajar en su prevención.

El académico de Enfermería de la Universidad Andrés Bello en Concepción, Sergio Durán Monares, explica que en la mayoría de los casos estos episodios se registran en el hogar, pero también en los establecimientos educacionales como salas cunas, jardines infantiles o colegios.

Durán lidera el proyecto “Seguro en mi jardín”, una iniciativa en que junto a un equipo del plantel capacitan a establecimientos de Integra en temas como manejo de heridas, traumas, prevención de accidentes, reanimación cardiopulmonar básica, uso de desfibrilador externo automático y cadena de supervivencia en niños y niñas.

“Las acciones más importantes son aquellas con enfoque preventivas, teniendo un mejor beneficio de costo efectividad, siempre la prevención será más valiosa e incluso económica si lo comparamos frente a tener que recuperar o rehabilitar a un individuo de lesiones”, enfatiza el académico.

¿Cómo prevenir?

Siempre, señala Durán, “debemos observar el lugar donde los niños y niñas juegan o realizan actividades en su día a día, dejar los espacios libres de objetos o estructuras donde puedan escalar o trepar, ya que, aunque parezca obvio, está comprobado que la altura es una de las principales causas de las complicaciones de una caída, mientras más altura el resultado es más grave”.

También es preciso quitar los elementos solidos expuestos como fierros, maderas, piedras, desniveles con lo cual los niños pueden llegar a caer, choquen con este elemento o pierdan el equilibrio mientras juegan. “Quitar objetos que los niños puedan tomar con sus manos o que los usen para jugar, estos pueden generar lesiones cortantes en la piel como lo son; las latas, alambres, trozos de vidrios entre otros”. Otra forma que involucra más supervisión por parte de los adultos es corregir los juegos bruscos para evitar golpes o caídas lo que puede provocar contusiones o incluso cuando dos niños chocan entre sí.

¿Cómo reaccionar?

Las heridas son consecuencia de accidentes como caídas o cortes por objetos mencionados anteriormente. “Si ya estamos en presencia de una herida lo primero que tenemos que hacer es lavar con abundante agua de la llave, dejar caer el chorro de agua directamente en la herida. Luego limpiar con alguna solución estéril como suero fisiológico y cubrir con alguna gasa. Si la herida es más compleja o presenta sangrado excesivo o tiene un cuerpo extraño incrustado esta debe ser evaluada de manera inmediata por el equipo médico más cercano a su domicilio. Nunca sacar el cuerpo extraño por usted mismo”.

Las temidas quemaduras

Épocas de frío son especialmente sensibles en este tema, pues son más los artefactos que se ocupan para calefaccionar un espacio o calentar agua. “Siempre cuidar que los artefactos como hervidores de agua o planchas estén fuera del alcance de los niños, lo cables deben estar escondidos, mantener protección a estufas si hay niños cerca, no tener en los brazos a los niños mientras el adulto este cerca de una taza o plato con líquidos calientes. Si ocurre una quemadura siempre poner la zona afectada bajo agua fría de la llave, el tiempo que sea necesario, nunca reventar las ampollas solo cubrir y que sea evaluada por un profesional de la salud”, recomienda.

Por último, señala, es clave que, frente a un accidente, sea en el lugar que sea, mantener la calma para transmitir calma y seguridad a los más pequeños. El manejo de la ansiedad es muy importante para que la experiencia no sea tan brusca ni compleja para el menor.

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