Ball Corporation refuerza su compromiso con la sostenibilidad, anunciando avances significativos en su producción de latas de aluminio con mayor contenido reciclado. El mayor fabricante de latas del mundo tiene la ambiciosa meta de alcanzar un 85% de aluminio reciclado en sus envases para 2030, habiendo alcanzado un 70% de aluminio reciclado en sus fabricaciones para envases de bebidas a nivel global, un aumento de ocho puntos porcentuales en tres años. En América del Sur, el avance es aún más significativo: hoy, cada lata de Ball producida en la región tiene un 76% de contenido proveniente del proceso de reciclaje. Además, el 86% de los ingresos de la empresa en todo el mundo en 2023, equivalentes a más de 13 mil millones de dólares, se generaron a partir de envases de aluminio que contienen materiales reciclados, retornables o reutilizables.
Las tasas de reciclaje de las latas de aluminio siguen progresando en el mundo y en la región. Actualmente, cerca del 70% de todas las latas del mundo se reciclan, lo que hace de este envase una opción sostenible. En Brasil, este índice supera el 90% desde hace 15 años y alcanzó el 100% en 2022, mientras que en Paraguay la tasa también es alta, con un 90%. Otros países de América del Sur donde Ball está presente, como Chile y Argentina, tienen tasas de reciclaje del 33% y 79%, respectivamente.
“De acuerdo con nuestro Plan de Transición Climática, incentivar la circularidad de nuestros envases representa el 50% de las oportunidades e iniciativas que reducirán nuestras emisiones para 2030. Por lo tanto, el reciclaje es primordial para la descarbonización de nuestros negocios y consagra la sostenibilidad como un pilar innegociable para Ball. Sabemos que este es un trabajo diario y una responsabilidad continua, por eso es importante usar fechas como el Día Mundial del Reciclaje para reflexionar sobre la importancia de adoptar medidas proactivas para enfrentar los desafíos ambientales globales. En este contexto, las latas de aluminio representan un ejemplo emblemático del esfuerzo tanto individual como empresarial hacia un futuro más sostenible”, completa Julia Pinto, líder de sostenibilidad y relaciones públicas de Ball Corporation para América del Sur.
Cerca del 75% de todo el aluminio producido en la historia aún está en uso en el mundo, lo que convierte el ciclo de vida de la lata en un ejemplo de sostenibilidad. En la práctica, el consumidor elige una lata de los estantes, brinda y consume el líquido y la descarta. Con un descarte correcto, es destinada al reciclaje, refundida y transformada en bobinas de aluminio, que serán compradas por los fabricantes de latas. Ball y otros actores transforman la bobina en lata, que es enviada al cliente, responsable de llenar el envase con su producto y enviarlo nuevamente a los estantes. Todo esto ocurre en hasta 60 días, es decir, en dos meses la lata descartada se transforma en nueva y regresa a los estantes, reiniciando un ciclo de vida cerrado e infinito.
El trabajo de Ball es impulsar la práctica del reciclaje a nivel mundial, con una serie de iniciativas a lo largo de su cadena de producción. Para 2030, la compañía tiene como objetivo alcanzar un 90% de tasa de reciclaje de sus productos en los países donde opera. Además, la empresa trabaja con diversas evaluaciones de ciclo de vida para comprender el desempeño ambiental de sus envases, el impacto positivo del reciclaje en la huella de carbono del producto y su contribución a una economía más circular.
Asimismo, como parte de las metas integradas de sostenibilidad, Ball ha implementado medidas eficaces que resultaron en una reducción del 20% en el consumo de agua en su producción en América del Sur, ahorrando 14,5 millones de litros de agua por año. Con relación a las metas de compras responsables, Ball obtuvo la certificación ASI (Aluminium Stewardship Initiative) en 2021 para todas sus plantas en América del Sur y ha estado trabajando para que todos los interesados de su cadena también se certifiquen. Hasta el momento, todos los proveedores de Ball ya son miembros de ASI y avanzan hacia la obtención de la certificación en los próximos años. Con estas certificaciones, Ball se encamina hacia el objetivo de comprar el 100% de su aluminio proveniente de fuentes certificadas, sostenibles y responsables para 2030.