Estrés, placer, adicción, necesidad; todas las excusas son válidas para los fumadores que en nuestro país alcanza al 33% de la población entre 15 y 65 años. Se estima que la mitad de los fumadores puede llegar a tener un trastorno depresivo o ansioso a causa de este vicio.
Cada 31 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el Día Mundial Sin Tabaco, fecha que busca educar y concientizar a la sociedad civil sobre los efectos nocivos que produce el consumo de cigarrillo en la salud. En nuestro país se estima que fallecen al día 52 personas a causa del tabaquismo y, según la última Encuesta Nacional de Salud (ENS), la prevalencia de consumo alcanza un 33% en la población chilena entre los 15 y los 65 años.
Según explicó el psiquiatra Daniel Seijas, especialista en adicciones y jefe del Centro de Salud Mental de Clínica MEDS, “un porcentaje importante de fumadores hoy en día lo hace para manejar el estrés, la ansiedad, compensar depresiones, por déficit atencional o, simplemente, por la adicción al tabaco. Siempre es importante intentar dejar de fumar. Se debe avisar y pedir ayuda al resto que no fume, que lo apoyen, tratar de aislarse del consumo y parar de golpe. Si no lo logra, debe pedir ayuda a un equipo o a un profesional capacitado. La investigación y experiencia demuestra que en aquellos que desean dejar de fumar el apoyo farmacológico y terapias conductuales mejora los resultados. También el ejercicio y aislarse de situaciones de exposición a fumadores. Cuantas más técnicas se usan, mejores son los resultados”.
El especialista de MEDS agregó que “hasta un 50% de los fumadores puede llegar a tener un trastorno depresivo o ansioso, y es comprensible. Dos mil 200 millones de habitantes tienen adicción al tabaco, mucho más que ninguna otra droga. De alguna manera el cigarrillo permite a las personas controlar la ansiedad, no tratarla ni mejorarla. Lo otro que sabemos es que los fumadores tienen cinco veces más riesgos de hacer una depresión que los no fumadores. Fumar entre los 13 y 17 años aumenta los riesgos de depresión y de otros tipo de patologías en la adultez”.
En este sentido, el doctor Seijas aseguró que “hay tres componentes para dejar de fumar: la idea, las ganas y lo conductual. Después que uno deja de fumar, lo conductual desaparece rápidamente en semanas. En lo emocional; si el cigarrillo nos ayuda a tapar penas, emoción, angustia, depresión o el problema que sea, va a estar en la medida que nosotros no logremos superar eso. La idea de fumar está algo grabada en la mente. Hay que perderle el miedo, si ya se tomó la decisión, uno no va a recaer. El problema es cuando tratamos de encontrar la justificación para volver a hacerlo”.
Respecto a si es aconsejable dejar este hábito de manera brusca o paulatina, el Jefe de Salud Mental de Clínica MEDS aseguró “ha habido mucha discusión al respecto, lo importante es dejarlo, pero la mayoría de la gente que deja de fumar lo deja de golpe. A lo mejor me preparo un mes, tres meses antes, el día del cumpleaños, a fin de año, lo que sea, pero lo importante es preparase bien, porque uno lo deja un día y al otro quiere volver. Es fundamental hacer una buena preparación para dejar de fumar, asegurarse de evitar situaciones de alto riesgo, preparase para los momentos más difíciles y dejar. Una vez que dejamos, lo hacemos. Al minuto siguiente estaremos preocupándonos de no recaer”.
En relación a la adicción que genera el consumo de tabaco, el psiquiatra afirmó que “no hay algo más eficiente que el cigarrillo para que a uno le llegue nicotina para hacerse adicto, pero también para matar gente, porque el 50% de las personas que fuman se muere. Después vienen los cigarrillos electrónicos, que tienen muchos menos tóxicos, pero igual producen y mantienen la dependencia e igual producen algunos problemas de irritación de las vías respiratorias y se ha visto una serie de otros accidentes por estos mismos aparatos. Los otros, son los vaporizadores, que también producen las irritaciones y también mantienen la adicción. Claro, si no tiene nicotina, no tiene adicción a esta, pero muchas personas siguen adictas a usar algo por quitar lo conductual de la adicción”.
“La industria del tabaco es muy creativa y han aparecido también los calentadores de tabaco, los IQOS como le dicen y que también producen problemas. Es calentar tabaco, por lo tanto, igual tiene níquel, cadmio, cromo y lo demás, en menor cantidad que el cigarrillo probablemente, pero es una forma de marketear un veneno distinto”, agregó el facultativo de Clínica MEDS.
En relación a las recaídas que puedan originarse, el especialista en adicciones aconsejó que “un equipo integral que trate el fumar, los daños asociados y lo que subyace detrás del cigarro con seguimiento a largo plazo, es el tratamiento ideal, pero siempre con la decisión clara de dejarlo. Hay actualmente diferentes técnicas de programación en prevenir recaídas, evitación de estímulos, conductas alternativas trabajar los pensamientos trampas o excusas, entre otras”.