- En una semana cargada de datos económicos, los mercados internacionales reflejan un sentido de urgencia frente a la necesidad de que la Reserva Federal (Fed) inicie el proceso de normalización monetaria cuanto antes, tras la confirmación de un enfriamiento del mercado laboral y de la actividad mayores a lo esperado.
Inicialmente, la atención estuvo concentrada en el sesgo que daría el presidente de la Fed, Jerome Powell, tras una nueva mantención de la tasa de referencia en el rango 5,25% y 5,5%. En la conferencia de prensa, se confirmó que un primer recorte de la tasa durante septiembre está sobre la mesa. Esto reforzó las expectativas del mercado que ya tenían un 100% de probabilidad incorporada en los precios.
Sin embargo, no fue hasta que se conocieron datos adicionales del mercado laboral que confirmaron un enfriamiento mayor al previsto (creación de empleo privado ADP: 122 mil vs. 150 mil esperado; empleo en nóminas no agrícolas: 114 mil vs. 175 mil esperado; subsidios iniciales de desempleo: 249 mil vs. 236 mil previstos; tasa de desempleo: 4,3% vs. 4,1% previo y salarios por hora: 3,6% a/a vs. 3,8% anterior), sumado a recientes cifras de actividad que reflejan una clara desaceleración (ISM manufacturero: 46,8 vs. 48,8 esperado; órdenes industriales: -3,3% vs. -3,2% esperado; órdenes de bienes durables: -6,7% vs. -6,6% esperado), que llevaron a los activos financieros a reflejar una preocupación adicional y una necesidad de ajustes aún mayores. Así, al cierre de este informe, los precios de mercado tienen incorporados recortes en todas las reuniones que quedan en el año (septiembre, noviembre y diciembre), con una alta probabilidad de que incluso sean del orden de 50 pb y pese al ruido político atribuido al periodo de elecciones presidenciales.
En este contexto, el dólar global se debilitó más de 1% (DXY: 103 puntos) y las tasas de interés de largo plazo en las principales economías exhiben una contundente caída (-30pb en promedio), tendencia que se alimentó también tras la concreción del primer recorte de TPM por parte del Banco de Inglaterra. Los índices accionarios reflejan movimientos mixtos con sesgo a la baja (MSCI emergentes: +1%; MSCI Latam: -1%; EE.UU.: -3%; Zona Euro: -5% y China: -1%). Por su parte, los precios de las materias primas caen liderados por los productos agrícolas (-2%) y energéticos (-1%). El petróleo WTI muestra una tendencia bajista (-5%; US$ 74 el barril) a pesar de los riesgos geopolíticos que sumaron tensiones en la semana, mientras el cobre se mantiene firme cerca de los US$ 4,1 la libra.Actividad local muestra una moderación atribuida a factores transitorios
El Imacec de junio sorprendió a la baja (0,1% a/a vs. Bloomberg: 1,5%; Santander: 1,0%), con un resultado afectado por factores transitorios, como las lluvias y movimientos estacionales por el cambio en las fechas de ofertas en el comercio. Así, la actividad en el segundo trimestre habría alcanzado un avance de 1,6% anual, por debajo del crecimiento del primer cuarto (2,3%) y de la estimación del último IPoM (2,6%).
En términos desestacionalizados, la serie creció 0,3% explicado por todos los sectores, excepto servicios, acumulando por tercer mes consecutivo un avance interanual de 2,1%. La principal incidencia en el resultado mensual vino de la mano de la fuerte expansión del comercio (3,4% m/m), que se benefició por las ofertas del “Cyber day”. Dado el carácter transitorio de esto último, anticipamos una corrección para las cifras de julio.
Con todo, estimamos que la economía continuará avanzando en los siguientes meses y, pese a las correcciones recientes, el Imacec de julio se incrementaría entre 2% y 2,5% anual. Así, mantenemos nuestra proyección de un crecimiento de 2,5% para el año.
Mercado laboral mantiene estabilidad
En el trimestre móvil terminado en junio, se observó una destrucción de empleos (-10,3 mil) que, corregidos por efecto calendario, mostraron un avance en los ocupados. Al mismo tiempo, la fuerza de trabajo también se contrajo en el margen, pero de manera menos intensa (-7,3 mil). Esto llevó a que la tasa de desempleo se mantuviera en 8,3%, mientras que la tasa de ocupación retrocedió hasta 56,9% (57% previa).
El resultado estuvo influido por la evolución del trabajo por cuenta propia, que tuvo un avance mensual (0,8 mil) por debajo de sus patrones estacionales habituales, mientras el empleo asalariado se contrajo menos de lo explicado por el efecto calendario.
Por rama de actividad, destaca el avance del empleo en construcción, apuntando a una posible recuperación del sector. De manera similar, el comercio mantiene su tendencia al alza, con niveles por sobre los observados previo a la pandemia. Por el contrario, el sector manufacturero, si bien registra un avance en el trimestre móvil, sigue con una tendencia a la baja. Finalmente, los servicios mantienen su crecimiento, dando cuenta del carácter transitorio de la caída del mes.
BCCh detuvo el proceso de ajuste con una mantención de la TPM en su reunión de julio.
Sorprendiendo a parte del mercado, el Consejo del Banco Central de Chile (BCCh) optó por mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 5,75%. La decisión fue unánime, eliminando así el sesgo dovish de las opciones discutidas en la reunión previa y haciendo una pausa en el proceso de normalización iniciado hace un año.
En nuestra visión, los argumentos otorgados en el comunicado hubieran podido ser válidos también para justificar un nuevo recorte de la TPM: i) debilidad en la actividad económica y el mercado crediticio, ii) fragilidad del mercado laboral con un crecimiento del empleo acotado e indicadores de demanda laboral débiles, iii) menor inflación subyacente a la prevista y iv) contexto de condiciones financieras externas menos estrechas.
Así, a nuestro juicio, esta decisión pareciera ser más bien táctica y abre el espacio para considerar más de una rebaja adicional en lo que resta del año. Dado el necesario impulso que requiere la actividad local y en un contexto externo de mayores ajustes monetarios esperados por parte de los principales bancos centrales, continuamos con nuestra visión de que la TPM finalizará en 5,25% en 2024.
En este contexto, el tipo de cambio cierra la semana virtualmente estable en torno a $950 reflejando una elevada volatilidad y revirtiendo el fortalecimiento de días previos, mientras el IPSA se acopla a sus pares internacionales y retrocede casi 2%, ubicándose algo por sobre los 6,300 puntos. En línea con el contexto global, los rendimientos locales reflejan un ajuste a la baja (swap a 1 año: -15pb; 5,4%) al igual que las tasas benchmark, en particular las reales (BCP10: -8pb; BCU10: -18pb). Con ello, la curva forward incorpora dos recortes adicionales de la TPM este año, para cerrar en 5,25% en línea con nuestro escenario base.
Difícil escenario fiscal para el cumplimiento de las metas
El Ministerio de Hacienda publicó el Informe de Finanzas Públicas (IFP) del segundo trimestre, donde se actualiza el escenario fiscal. En la parte macroeconómica, destaca un leve ajuste a la baja para la proyección del PIB hasta 2,6% (2,7% previo) y al alza para 2025 hasta 2,6% (2,5% previo). En este contexto, las proyecciones de ingresos en el año se corrigen a la baja (-1,2%, en torno a 0,27% del PIB) y se anuncia un recorte de gastos de aproximadamente 0,25% del PIB, manteniendo la estimación del déficit fiscal en 1,9%. Esto, en un contexto en que los ingresos ya han caído fuertemente en la primera mitad del año (4,7% real) dejando un déficit que ya acumula un 1,4% del PIB y que el precio del litio no pareciera repuntar, sumado a la reciente caída en el precio del cobre, parece una meta difícil de alcanzar. Para los próximos años, el escenario no cambia respecto de lo que veníamos observando, donde persiste un estrecho espacio para poder cumplir con la meta del balance estructural, incluso siendo necesario un recorte en los gastos comprometidos de 2026.
Lo que viene…
El próximo jueves el INE dará a conocer las cifras del IPC de julio, donde anticipamos una variación mensual de 0,6%, afectados por la subida de las tarifas eléctricas, el “rebote” de precios del cyber day y la reciente depreciación del tipo de cambio. Así, en términos anuales, la inflación se ubicaría en 4,2%