La cereza es la fruta con mayor valoración en términos de exportaciones en los últimos años, el “oro rojo” de las frutas exportadas. Así lo demuestran sus cifras que, solo en enero de 2024, la exportación se valorizó en USD$1.555 millones, un 27,5% más que el mes anterior, y con tendencia al alza, considerando que hace 20 años la exportación era cercana a los USD$36 millones, y el año 2023 fue de USD$2.000 millones, un 5400% más, ¿impresionante cierto?, y la temporada 2023-2024 fue de USD$2.260 millones.
Todo esto se debe fundamentalmente a nuestros consumidores principales, China, pues el 90% de nuestras exportaciones van al gigante asiático, que nos mantiene en el top one de los exportadores de cerezas a nivel mundial (en producción nos encontramos detrás de Estados Unidos de América).
No es de extrañar que el primer envío de cerezas a China el 14 de octubre (315 kilogramos exportados por Río King) se agotara en 30 minutos tras ser transados en el mercado de frutas Huizhan de Shanghai, con precios de venta desde los USD$91,8 hasta los USD$141,2, dependiendo si la caja es de 2,5 o 5 kg, y del calibre.
Para esta temporada 2024-2025 se anticipan cifras récord, con una estimación de 657.935 toneladas, que corresponde al 27% aproximadamente de la exportación de fruta fresca chilena. La meta es estar presente en el año nuevo chino, que se celebra el 29 de enero de 2025, ya que la cereza es un regalo considerado un gesto de gran generosidad entre la población china, un augurio de buena vida dado su color intenso rojo y los clientes no miden en gastos para adquirir este producto.
Aún así, teniendo en cuenta la importancia de la cereza a nivel nacional, y el efecto de la exportación sobre el desarrollo nacional y el empleo, es fundamental tener en cuenta los grandes desafíos que posee la producción de cereza, los cuales hoy se asocian a la mosca de la fruta y el calibre de la fruta. La mosca de la fruta por su limitante de exportación en zona de cuarentena (aunque nuestro país generó un acuerdo con China al tener un estricto y rigurosos procesos frente a esta plaga), y el calibre de la fruta, ya que el consumidor del gigante asiático es demandante y exige un calibre superior de las cerezas, lo cual es atractivo para los importadores.
Chile sin duda alguna, posee todas las condiciones para seguir siendo el mayor exportador de cerezas a nivel mundial, abasteciendo a nuestro mayor consumidor (China) para sus festividades, aun así, es importante que exista un desarrollo conjunto, entre instituciones públicas y privadas, que permitan mantener y generar crecimiento en esta industria, tal como se ha realizado durante los últimos 20 años, un desafío para gobiernos futuros que no deben olvidar que esta hermosa fruta rojiza es quien nos representa en el Asia oriental, y sobre todo, que genera ingresos de divisas, crecimiento y empleos directos e indirectos.
Camilo Cornejo Orellana, Ingeniero agrónomo-Académico Ingeniería Comercial Universidad Andrés Bello