La iniciativa “Best Tourism Villages” forma parte del Programa de Turismo y Desarrollo Rural de las Naciones Unidas que tiene como objetivo promover el papel del turismo en las zonas rurales, preservando los paisajes, la diversidad cultural, las tradiciones gastronómicas, prácticas sostenibles a través de la integración de la cadena de valor del turismo.
Recientemente en Cartagena de Indias Colombia, fue celebrada, en su cuarta versión, la premiación de «Mejores Aldeas Turísticas de Turismo de la ONU». Por primera vez, la región del Biobío obtiene este galardón a través del reconocimiento de la localidad de Ralco, perteneciente a la comuna de Alto Biobío.
El premio destaca el compromiso con el turismo sustentable en sus tres dimensiones, que en este caso resignifica las tradiciones ancestrales vivas y presentes del pueblo indígena mapuche pewenche, caracterizado por una economía ancestral centrada en la trashumancia pastoril en la cordillera de la región del Biobío.
El galardón es tremendamente meritorio ya que Ralco fue seleccionado entre más de 260 candidaturas de destinos rurales pertenecientes a más de 60 países Miembros de Turismo de las Naciones Unidas, una clara demostración de sus destacados valores y acciones en favor del desarrollo del turismo rural. En Chile, fueron preseleccionadas por la Subsecretaría de turismo solo 8 localidades para representar al país, de las cuales solo la perteneciente a la región del Biobío obtuvo la máxima distinción y otras 3 localidades fueron reconocidas en distinta categoría.
El Alcalde Nivaldo Piñaleo expresó «El reconocimiento de Ralco como ‘Best Tourism Village’ es un homenaje a nuestra tierra y cultura pewenche. Confiamos en que las nuevas autoridades sabrán aprovechar este logro para seguir construyendo un turismo que respete y valore nuestro patrimonio ancestral».
Es fundamental destacar la importancia de los galardones internacionales en el ámbito turístico, ya que estos no solo refuerzan el posicionamiento de nuestro país como un destino atractivo, sino que también reconocen los esfuerzos conjuntos del sector público, privado y las comunidades locales. En el caso del ecoturismo, estos reconocimientos adquieren un valor particular al evidenciar compromisos reales el uso responsable de los recursos y la promoción de prácticas que respeten y fortalezcan las tradiciones locales.
En este contexto, el ecoturismo no solo se presenta como una herramienta para el desarrollo económico, sino también como un vehículo para la innovación en entornos rurales. Proyectos que integran la biodiversidad local con experiencias turísticas responsables, el rescate de oficios tradicionales o la gastronomía autóctona son ejemplos de cómo la ruralidad puede transformarse en un motor de desarrollo y transformación. Además, la apuesta por la sostenibilidad en el ecoturismo asegura que estos esfuerzos perduren en el tiempo, beneficiando tanto a las comunidades locales como a los visitantes.
Finalmente, la relevancia de estos premios va más allá del prestigio; sirven como un llamado a mantener estándares altos en la gestión del turismo. En el caso del ecoturismo, este estándar debe enfocarse en equilibrar el impacto económico, social y ambiental, promoviendo destinos que respeten la autenticidad cultural y natural y fomenten un turismo consciente y responsable.