Hace 63 años, en un día como hoy, Chile era todo locura, algarabía, alegría y festejos, debido a que la Selección Nacional que participó como anfitriona en el Mundial de Fútbol organizado por nuestro país conseguía el tercer lugar en esta justa mundial, luego de derrotar a Yugoslavia, por un gol a cero, con dos atacameños en cancha: los tierramarillanos Adán Godoy, en la portería, y el gran Eladio Rojas, quien convirtió el tanto del triunfo en el último minuto de juego, cuando el equipo ya no tenía piernas y jugaba con 3 lesionados en la cancha, porque en aquellos tiempos la FIFA aún no implementaba los cambios de jugadores durante el desarrollo de los partidos.
Las celebraciones en esta comuna vecina y también en Copiapó duraron toda la noche, hasta la mañana siguiente, porque un hijo de esta zona se había convertido en el héroe de la jornada. De hecho, a través de su relato por Radio Minería, el conocido relator Julio Martínez preguntó al aire: “¿Cómo estarán de emocionados y orgullosos los tierramarillanos con este hijo suyo que le ha dado esta gran alegría a nuestro país?”.
El minuto mágico, el minuto más importante en la historia del futbol nacional hasta este momento, se comenzó a escribir cuando Eladio Rojas tomó la pelota cerca de la mitad de la cancha, avanzó confiado, valiente y con la cabeza fija en el arco, y cuando iba a ser marcado por un defensa yugoslavo, sacó un remate que se desvió en Sekularac y se metió al arco norte del Estadio Nacional, venciendo al golero Suskic, quien iba lanzado al lado contrario.
Por lo tanto, Eladio Rojas Díaz es sin duda el mejor y más reconocido futbolista que Atacama ha visto nacer. Cabe recordar que, en sus inicios, las oficiaba de centrodelantero en el club Chacabuco de Copiapó, para posteriormente transformarse en volante defensivo en Everton de Viña del Mar, donde comenzó su carrera profesional y donde jugó desde 1954 a 1962, para luego cruzar la cordillera y recalar en el poderoso River Plate de Argentina, donde militó hasta 1965, año en que volvió a Chile para defender a Colo Colo hasta 1967, para posteriormente volver por un año al cuadro de sus amores, Everton, hasta que un accidente automovilístico lo obligó a retirarse.
Eladio dejó de existir el 13 de enero de 1991, cuando descansada en su casa de Viña del Mar, tras un paro cardiorespiratorio que le costó la vida a la temprana edad de 57 años.
Por Sergio Zarricueta Astorga