RECORDANDO AL “MALAGÜEÑO”

Hace 31 años, partió de este mundo un hombre que hizo de Copiapó su segunda patria, un gran personaje que unió a Chile y España a través de su música y el baile, de su carisma y del cariño que profesó por esta tierra atacameña, donde finalmente vivió sus últimos días.

Me refiero a ese inolvidable cantaor español que se llamó Alfonso Rodríguez Molina, más conocido como “El Malagueño”, todo un personaje de la otrora bohemia copiapina durante muchos años y que falleció el 17 de octubre de 1994.

Alfonso nació en Málaga, España, el 21 de febrero de 1947. Sus inicios como artista los comenzó a los 16 años de edad, siendo la voz del grupo “Los Gavilanes de España”, que recorrió las más importantes ciudades de Sudamérica entre los años 1970 y 1974. Incluso, en más de una vez, en tierras españolas, fue “telonero” del gran Raphael, en algunos de los tantos conciertos del popular intérprete de “Digan lo que digan”.

“El Malagueño” se afincó en Copiapó, después de haber recorrido gran parte del mundo, trayendo consigo el canto de su tierra natal que con orgullo llevaba en la sangre. Adoptó nuestra ciudad para vivir y quedarse para siempre, presentando sus espectáculos de corte folclórico de la Madre Patria ahí, en el pueblo de San Fernando, precisamente, en el recordado “Cortijo”, antiguo local que alegraba las noches de los parroquianos de nuestra ciudad, con el espectáculo de alto nivel que nos mostraba “El Malagueño” y su staff de bailarinas y humoristas.

Copiapó, premió con aplausos cerrados las primeras actuaciones del artista español que, en sus inicios mostraba una experiencia diferente, de todo lo que conocíamos anteriormente en materia musical acá en Copiapó.

En la época conocida como el “destape” español, Alfonso Rodríguez cruzó el atlántico para presentar su espectáculo como solista en Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, desvinculado ya, de su antiguo grupo musical.

Con las dificultades propias que tuvieron los artistas populares en Santiago de Chile, y la difícil situación que existía por el toque de queda impuesto en aquellos años en nuestro país, logró montar un espectáculo de gran calidad, que le valió estar en los programas de televisión, como El Festival de la Una, Sábados Gigantes y en los locales de presentación de grandes artistas santiaguinos, como El Pollo Dorado, El Maxim, y otros de la capital.En 1984 se radicó en Copiapó, abriendo al público su local de atracciones “El Cortijo”, donde el número más esperado de las noches era su actuación que presentaba bailes y canciones de España, compartiendo escenario junto a otra estrella del espectáculo, como la hermosa coreógrafa y bailarina española Soledad Montijo.

El local nocturno, convertido en una gran plaza comercial para los artistas nacionales y locales, pronto alcanzó la fama Internacional, llegando a ser uno de los más comentados en el norte de Chile. El turismo en Copiapó se vio gratamente complacido con esta propuesta musical por muchos años.

En 1992, Alfonso grabó su primera producción musical, con una grata selección de canciones, dejando de manifiesto el gran talento artístico que poseía. Le acompañaron en esta experiencia los músicos copiapinos Gabriel “Lobo” Contreras, Juan “Gato” Olmos, Hernán “Jimmy” Grangey, Raúl Moraleda y Carlos Alberto, todos ellos integrantes del “Grupo Afrodita”, con la producción musical del empresario artístico Oscar Arriagada, el famoso Agente 0007.

Además, también alternaban en el acompañamiento musical al artista español “Los Bucaneros” y la “Banda Flash”.

En septiembre de 1992, El Malagueño celebró los 8 años de actividad de “El Cortijo”, oportunidad en que manifestó lo siguiente: “Fui un trotamundos; he recorrido varios países y he estado en innumerables lugares; pero aquí, en Copiapó, encontré un rinconcito muy especial del cual ya no me moveré, salvo lo estrictamente necesario que requiere mi profesión, de lo contrario, quiero morirme en esta tierra”.

Como diríamos: Profecía autocumplida. Cabe destacar que otros artistas de aquellos años dorados de El Cortijo eran las bailarinas y vedettes Alba Jiménez, Macarena Zuzú, Maribel Dupré, Franca Soval, Gloria Pavón, Ximena Lorenz, Cony Ponti y Kamar de Assís.

Los números musicales estaban a cargo de “Los Duendes del Bombo”, la Banda “San Luis” y el “Trío Azul”; el humor de “Chichí Bombón” y la animación de showman internacional Mario Carrillo Jr.; sin olvidar por cierto, las canciones de Giannina Ferri.

Alfonso Rodríguez, falleció en Copiapó, tempranamente, afectado por un cuadro de afecciones cardiacas, tal como lo dije al comienzo, el día 17 de octubre de 1994, dejando en Copiapó un vacío, que aún no ha podido ser llenado, en materia de espectáculos revisteriles y musicales.

Tras su partida, “El Cortijo” se apagó y las noches en este local de calle Los Carrera ya no volvieron a ser las mismas de antes, cuando “El Malagueño” copaba todos los rincones con su potente y entonada voz que nos deleitaba con los ritmos de la Madre Patria.

SERGIO ZARRICUETA ASTORGA

Síguenos en facebook

Comparte

Facebook
Twitter
WhatsApp
error: Contenido protegido!!!