No parece que el debate sobre la tenencia de armas de fuego en EEUU se vaya a zanjar en un futuro próximo, pero lo que sí podría producirse es un giro inesperado en el enfoque del problema. Se trataría de una suerte de “término medio” entre la inacción y la prohibición: hacer que las propias armas sean más seguras.
En una época en que tenemos teléfonos inteligentes, relojes inteligentes y toda suerte de aparatos inteligentes, hay quien ha pensado que por qué no aplicar esta tecnología a las armas para crear también pistolas inteligentes.
Los accidentes con armas de fuego son tristemente frecuentes en EEUU. Un estudio de la Universidad de Pensilvania y de la Universidad de Columbia reveló que cada día 329 estadounidenses resultan heridos por armas de fuego. En total, más de 120,200 lesiones anuales de las cuales el 37% se deben a accidentes.
Con el fin de reducir estas dramáticas cifras, podría aparecer un mercado de armas inteligentes que únicamente se podrían disparar después de una verificación de identidad de sus propietarios o usuarios autorizados. El objetivo es evitar disparos accidentales e impedir que las armas caigan en manos equivocadas.
Primeras iniciativas reales
No se trata de una idea remota: según informa Reuters, hay al menos dos empresas estadounidenses que ya las están fabricando. La compañía LodeStar Works, con sede en Idaho, está equipando pistolas de 9 mm con tecnología de reconocimiento de huellas dactilares. Por su parte SmartGunz, ubicada en Kansas, ha fabricado una versión con radiofrecuencia que ya está siendo probada por agentes de la ley.
Ambas compañías esperan lanzar sus armas inteligentes al mercado este año. La versión de LodeStar tendrá un precio de 895 dólares y la pistola SmartGunz costará 1.795 dólares para los agentes del orden y 2.195 dólares para los civiles.
A pesar de que estas armas están diseñadas para desbloquearse en microsegundos, hay voces críticas que cuestionan su utilidad para responder en casos de emergencia, especialmente en situaciones de vida o muerte, ya que el paso de verificación podría retrasar los disparos. El tiempo dirá si las ventajas superan a los inconvenientes y si esta innovación ayuda a reducir significativamente las cifras de heridos y muertos por armas de fuego.