Para muchos observadores, la ANFP podría estar ante la incubación de una nueva vergüenza deportiva nacional, ya que –tras culminar la tarea de un equipo de investigación interna- descartó la supuesta presión de terceros que habría existido en la decisión del árbitro Francisco Gilabert para inducirlo a cobrar un dudoso penal durante partido de Huachipato y Deportes Copiapó, perjudicando con ello las pretensiones deportivas de los atacameños y, por el contrario, favoreciendo al cuadro de la usina en sus afanes de continuar militando en Primera División.
Un momento complicado fue el que se vivió durante semanas atrás el juez Francisco Gilabert luego de compartir audios que circularon en los medios de prensa y en las redes sociales, donde daba a conocer que hubo participación de terceros para que se sancionara una falta penal para Huachipato, en el partido de definición ante Deportes Copiapó.
Esta denuncia provocó una verdadera crisis arbitral que derivó en el paro de los árbitros y en la destitución del argentino Javier Castrilli, quien llegó a nuestro país como jefe de la Comisión de Árbitros en el fútbol chileno durante el 2021.
Sin embargo, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) a través de su sitio web, compartió un informe respecto a las investigaciones que se realizaron al respecto de las acusaciones que se entregaron en su debido momento.
Dentro de los detalles que se entregaron al respecto de las respectivas denuncias, se dio a conocer que “no hubo presiones de terceros en las decisiones que tomó el árbitro Francisco Gilabert durante el partido de promoción, por lo que se descarta esa acusación y que podría haber una sanción para el juez”.
Esta sanción podría ser la suspensión por tres años alejados del referato profesional chileno, además de tener que enfrentar a la justicia ordinaria. En todo caso, no sería el único cuestionado, ya que también los involucrados arriesgan sanciones detalladas en el documento que entregó la ANFP en su sitio web, aparte de una investigación por parte del Ministerio Público.
En conclusión, como siempre ocurre en todas partes cuando actúan los poderes fácticos, el hilo se vuelve a cortar por lo más delgado y a esconder el polvo debajo de la alfombra y aquí no ha pasado nada.