Las 100 plantas “todo terreno” que viven en las cumbres de la Cordillera de Los Andes

La descripción de un centenar de especies vegetales que desafían el frío y los hielos cordilleranos de Chile, contiene la nueva Guía de Campo Corma.

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Desafiando el frío, el sol y la nieve, sobre los 2.000 metros de altitud, en plena montaña, existe un universo de pequeñas plantas que a través de miles de años han aprendido a vivir en condiciones tan extremas. Su nombre, formas y otras características son el tema central de la nueva Guía de Campo de la Corporación Chilena de la Madera -Corma-, que se lanza en noviembre próximo con el título de “Plantas de alta montaña en el Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja”.

La publicación recoge el trabajo de investigación realizado en la cordillera de Los Andes, en la zona que se ubica entre Nevados de Chillán en Ñuble y Laguna del Laja en Biobío, por un grupo de investigadores vinculados a la Universidad de Concepción: cinco estudiantes y cinco reconocidos investigadores de larga trayectoria y que lidera la bióloga y doctora en botánica de la Universidad de Concepción, Ángela Sierra Almeida.

Con más de 20 años dedicada a la investigación de este tipo de plantas, Ángela Sierra, autora principal del libro, explica que “se trata de plantas que desde el punto de vista funcional son una maravilla: son capaces de obtener recursos para crecer y reproducirse, pero en condiciones climáticas muchos más rigurosas, y hay una estrecha coordinación entre las etapas de su ciclo vital y lo que pasa alrededor, que en muchos casos exige su fisiología al límite. Son pequeñas súper máquinas”.

Y añade que “están tan especializadas a su ambiente, que, ante cualquier cambio en el clima, sus funciones vitales se resienten, por eso también las llamamos centinelas, lo cual es muy útil para entender los efectos del cambio climático en los sistemas de alta montaña”.

Esta Guía de Campo Corma va a incluir un porcentaje importante de plantas endémicas, que sólo crecen en Chile y/o en la región. Hay algunas que son propias de la cordillera de Los Andes, es decir que su distribución altitudinal está por sobre el bosque, por lo tanto, “hay que subir a las montañas para verlas, tienen su origen y evolución con las altas cumbres. Mientras que otras especies son de distribución más amplia, tanto en altitud como latitud”, comenta la investigadora.

La publicación también describirá la organización de la vegetación en la zona de alta montaña, cuyo límite inferior está marcado por la ausencia de árboles, los cuales sólo crecen hasta 2 mil metros de altitud en este sector. Arriba de ellos viven comunidades dominadas por arbustos, “y más arriba predominan plantas herbáceas, que se van haciendo cada vez más chiquititas y más pegadas al suelo, lo cual va acompañado también de una cobertura vegetal en el suelo más escasa, hasta llegar a los escoriales” explica Ángela.

Acercar la ciencia al público

Esta es la primera Guía de Campo Corma que cuenta con un grupo importante de investigadores jóvenes, muchos de ellos aún estudiantes. En esa línea la Ingeniera Agrónoma de la Universidad de Magallanes y candidata a Magíster en Ciencias mención Botánica de la Universidad de Concepción, Carla Aguilera, destaca la confianza que la autora principal depositó en el grupo. “Siempre ha confiado mucho en nosotros, no duda de nuestras capacidades, ni de nuestro potencial. El plus que da ser estudiante es que tenemos todas las ganas y la convicción de revisar cosas que puedan contribuir a la comunidad”.

Para el gerente regional de Corma, Fernando Illanes, este es uno de los grandes valores agregados de la Guía. “Es fundamental abrir espacios de colaboración y apoyo a jóvenes talentos. Las Guías de Campo de Corma son reconocidas y creemos que son un muy buen impulso para estos jóvenes, así como continuar apoyando publicaciones que promueven la protección de la biodiversidad presente en nuestras regiones”.

Diego González, estudiante tesista de Biología de la Universidad de Concepción y coautor del libro, explica que un objetivo importante de la Guía es acercar la ciencia al público general. “Aquí van a encontrar fotos hermosas, descripciones simples para que los visitantes, los que hacen senderismo o viven cerca de estas montañas, puedan leer la Guía, entenderla y así comprender y valorar más el entorno y la biodiversidad que recorren, y la cuiden”.

Detalle de los coautores

Los coautores del libro son; Esteban Urrutia, licenciado en Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales; Diego González, estudiante tesista de Biología; Catalina Sandoval-Urzúa, estudiante de cuarto año de Biología; Carla Aguilera, Ingeniera Agrónoma de la Universidad de Magallanes y candidata a Magíster en Ciencias mención Botánica de la Universidad de Concepción, y Loreto Morales, Ingeniera en Conservación de Recursos Naturales y Magíster en Ciencias Forestales de la Universidad Austral de Chile y Doctora en Ciencias Biológicas área Botánica de la Universidad de Concepción.

A este grupo de jóvenes se suman los investigadores, Alicia Marticorena, Bióloga y Magíster en Ciencias mención Botánica, actualmente es la Curadora del Herbario de la Universidad de Concepción; Sebastián Teillier, licenciado en Ciencias Biológicas de la Universidad de Bucarest, Rumanía y académico e investigador de la Universidad Central de Santiago de Chile,  Carlos Baeza, licenciado en Biología y Doctor en Botánica del a Universidad de Concepción y Víctor Finot, Licenciado en Biología de la Universidad de Concepción, Magíster en Botánica de la Universidad Austral y Doctor en Botánica de la Universidad de Concepción.

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