Margaret Thatcher aún está presente en la política británica.

Son dos las personas que compiten para ser primer ministro de Gran Bretaña, pero la sombra de una tercera se tiende sobre la campaña: Margaret Thatcher.

Thatcher, quien gobernó Gran Bretaña en los años ochenta y falleció en el 2013, dejó un legado significativo pero controversial. Según sus detractores, era una ideóloga intransigente cuyas políticas de libre mercado deshicieron los nexos sociales y devastaron al sector industrial. Pero para el gobernante Partido Conservador, Thatcher es un ícono, una inspiración y la líder que llevó a Gran Bretaña a la era moderna.

En la campaña por reemplazar a Boris Johnson como líder del Partido Conservador y primer ministro, tanto la secretaria de exteriores Liz Truss como el ex secretario del tesoro Rishi Sunak se autoproclaman los herederos ideológicos de Thatcher, quien falleció en el 2013 a los 87 años de edad.

Preguntados quién fue el mejor primer ministro de Gran Bretaña, ambos candidatos sin titubear nombran a Thatcher. Sunak pronunció recientemente un discurso en Grantham, la ciudad de Thatcher, autoproclamándose campeón de “un thatcherismo de sentido común” mientras su esposa e hijos se tomaban fotos frente a una estatua de la fallecida dirigente.

Truss habla de sus propios orígenes humildes, provocando comparaciones con los orígenes de Thatcher, cuyo padre era dueño de un abasto. Además suele vestirse con el estilo distintivo de la primera mujer que ocupó el máximo cargo ejecutivo de Gran Bretaña.

Richard Vinen, historiador del King’s College en Londres, tilda a Truss de “la Thatcher para Instagram”.

Victoria Honeyman, profesora de política británica en la Universidad de Leeds, dice que Thatcher se ha convertido en “un talismán” para los conservadores.

Robert Saunders, historiador en la Queen Mary University de Londres, estima que Thatcher “se ha convertido en un mito”.

“Como el martillo de Thor, la cartera de Thatcher le otorga poderes divinos a quienes tienen la capacidad de cargarla”, escribió Saunders en el website Unherd.

En cierto sentido, la fijación con Thatcher es comprensible. Lideró a los conservadores tres veces sucesivas a la victoria electoral, y jamás fue derrotada en las urnas. Eventualmente fue derrocada— al igual que Johnson — por su propio partido, en 1990 tras 11 años en el poder.

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