Qué son, cómo funcionan y cuál es su factor social, son algunas de las preguntas comunes que surgen al hablar de cuentas digitales, que se siguen potenciando como una alternativa de pago.
Durante los últimos 3 años, Chile se ha convertido en el país con menor uso de dinero en efectivo a nivel latinoamericano. Así lo demostró el último informe de Minsait Payments -empresa que ofrece soluciones de pago digitales innovadoras-, que reveló que un 89% de los chilenos prefirió el uso de tarjetas y cuentas digitales como medio de pago durante cada mes de 2022, en lugar del dinero físico.
Un sondeo realizado por la cuenta digital Tenpo, reveló que del total de sus más de 2 millones de clientes, el 10% pertenecen a la región de Valparaíso, siendo principalmente entre 20 y 15 años, seguido con un 9% de usuarios en la región del BioBio, fuera de la Región Metropolitana. Esto demuestra que esta tendencia se ve fuertemente impulsada por las generaciones más jóvenes, menores a 40 años, y en ciudades con mayor conectividad que tienden a confiar en alternativas digitales. ¿Qué ocurre con los adultos mayores o personas que aún siguen prefiriendo el efectivo?
Primero, es importante definir qué es una cuenta digital: es un tipo de cuenta bancaria que permite a una persona realizar transacciones desde el celular, tablet o cualquier dispositivo electrónico que permita la descarga de la aplicación. Se caracterizan por su facilidad de apertura mediante un procedimiento que dura pocos minutos, y ofrece las mismas posibilidades de efectuar cualquier tipo de transacción que en un banco presencial, pero desde cualquier parte del mundo.
Si bien un estudio de la Universidad Católica indicó que el 58% de los adultos mayores sobre 60 años utiliza smartphones de forma activa, el 42% no está digitalizado, principalmente por no confiar en la tecnología.
“La experiencia ha demostrado que poner la tecnología a disposición no garantiza la inclusión real. Las empresas ligadas a la tecnología debemos ser capaces de incentivar la facilidad de uso de los productos para aumentar la accesibilidad a ellos. Está demostrado que la inclusión digital aumenta la participación social y la calidad de vida de las personas mayores, además de disminuir la percepción negativa de la vejez”, sostiene Fernando Araya, Cofundador y CEO de Tenpo.
¿Cuál es la diferencia entre cuenta corriente y cuenta digital?
Una cuenta corriente es el tipo de cuenta bancaria más común. En ella, es posible almacenar dinero que luego se utiliza para compras o cubrir gastos. Para abrir una cuenta corriente, es necesario depositar un monto mínimo que puede variar según la institución financiera, pero que suele estar por el orden de $450 mil. Además, se necesita demostrar ingresos y solvencia económica, así como entregar declaraciones e informes, todo de forma presencial en una sucursal del banco.
En cambio, una cuenta digital entrega la opción de abrirla en línea, y en el caso de Tempo, desde un teléfono celular o tablet. Además, para activar una cuenta digital no es necesario depositar dinero, solo se debe ingresar información personal que se solicita y listo.
Por otro lado, las cuentas corrientes cobran costos de mantención que se descuentan del dinero depositado en la cuenta. Dependiendo del banco, una cuenta corriente puede tener además otros cargos asociados a su uso. Mientras que las cuentas digitales tienen características y ventajas que resultan muy atractivas, y que van desde la facilidad para abrir una, la comodidad para usarlas y el ahorro en comisiones.