Declaración Pública
Como Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino declaramos lo siguiente:
Las condiciones en que se desenvuelve el fútbol femenino son conocidas. Sin embargo, y en el contexto de implementación de la Ley de Profesionalización, estas condiciones deben ir a la par de ese desarrollo. Como ya lo hemos dicho, la profesionalización no se termina con los contratos.
El contexto laboral en que se encontraban las futbolistas son inadmisibles, graves e injustificables. Hongos, goteras y ventanas sin vidrio, entre otras faltas, no son condiciones dignas para ninguna profesión ni oficio.
La fiscalización de la Dirección del Trabajo también evidenció algo que ya sabíamos: en el fútbol se viven profundas desigualdades de género. Mientras que las instalaciones del plantel masculino -también fiscalizadas- no tuvieron comentarios, las de las futbolistas fueron clausuradas.
Nos parece inadmisible que la primera respuesta del club ante la fiscalización sea, en vez de entregar un lugar donde las jugadoras puedan seguir desarrollando sus entrenamientos de forma regular, entorpecer el desarrollo y trabajo que realizan, pues quien está en falta es la administración del club y no sus jugadoras. En ningún caso la clausuración del camarín que ocupa el plantel debe significar un cambio en la programación de los horarios designados para sus entrenamientos o dejar de hacer local en el Estadio Chinquihue, todo lo contrario: esperamos que se remedie cuanto antes las condiciones y que mientras tanto, las jugadoras no se vean afectadas.
El respaldo de la Asociación hacia las jugadoras es absoluto y nos mantenemos en contacto directo para dar cumplimiento a esta y otras posibles irregularidades.
Finalmente, valoramos la fiscalización de la Dirección del Trabajo y esperamos que esto sea una señal de alerta para avanzar en igualdad de condiciones.