Sergio Fuentealba Urra
Académico Educación Física
Universidad Andrés Bello
Si bien la práctica de actividad física es un aspecto importante en cada una de las etapas de desarrollo, la adolescencia constituye una etapa crítica. En ella se adquieren y consolidan los hábitos activos que acompañaran al individuo hasta su vida adulta. En este sentido, la experimentación de un mayor grado de autonomía es una de las características que se asocia con un mayor poder de decisión y control sobre sus comportamientos y estilos de vida, en particular de aquellos hábitos relacionados con la práctica de actividad física.
En la adolescencia, la educación y, por tanto, la escuela cumple un importante rol en el desarrollo y promoción de hábitos de actividad física, cuestión que se ve en los objetivos de aprendizaje de la clase de educación física y en el desarrollo de actividades físico-deportivas extraescolares. El desarrollo de actividades físico-deportivas en la educación municipal constituye una política pública que recae finalmente en la escuela, la cual genera la oferta de actividades por medio de la articulación con su Proyecto Educativo Institucional (PEI) y los planes de mejoramiento educativo (PME). Pese las desalentadoras cifras sobre los hábitos de actividad física en adolescentes chilenos, se ha demostrado que la implementación de programas de actividad física extraescolar mejora los niveles de actividad física, la condición física y el rendimiento académico en adolescentes chilenos.
Por ejemplo, estudios desarrollados en la Región del Biobío por la Universidad Andrés Bello, muestran una baja participación en actividades físico-deportivas extraescolares, particularmente de adolescentes mujeres en las últimas etapas de la adolescencia (media y tardía). Sin embargo, se ha demostrado que la participación en talleres y actividades físico-deportivas extraescolares constituye un factor que promueve la adquisición de hábitos de actividad física saludables en adolescentes pertenecientes a establecimientos educacionales con altos índices de vulnerabilidad. Asimismo, en esta población se evidencia que la práctica sistemática de actividades físicos deportivas ofrecidas por las escuelas, tiene una influencia positiva en el uso del tiempo libre de los jóvenes, incrementado la actividad física desarrollada junto a la familia y en los recreos dentro de la jornada escolar.
Medidas y políticas públicas que promuevan la práctica de la actividad física y reduzcan los hábitos sedentarios son parte de la agenda internacional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dado el vínculo que se ha establecido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); Salud y bienestar (ODS3), ciudades y comunidades sostenibles (ODS11), acción por el clima (ODS13) y educación de calidad (ODS4). El escenario actual permite establecer que el desarrollo de actividades físico-deportivas generadas al interior de la escuela constituye hoy una política pública fundamental de la educación extraescolar, al contribuir en la promoción de hábitos de actividad física saludables en los adolescentes sin embargo, es necesario mejorar las estrategias de promoción y el diseño de programas y planes teniendo en cuenta la evidente brecha existente respecto de la participación de la mujer y de los adolescentes de mayor edad.