Estudio propone estándares de calidad en la atención domiciliaria de los mayores en Chile.
Aunque esto es más efectivo y económico que mantener residencias de larga estadía, el programa de Cuidados Domiciliarios de Senama, en 2022 cubrió apenas al 2,9% de la población que requiere atención en sus casas. Poco más de mil 500 de un total de más de 52 mil. El estudio de la fundación aborda esta realidad, los retos para el Estado y la sociedad civil, y la urgente necesidad de contar con una política social que permita dar una respuesta digna al creciente número de personas mayores que necesitan cuidados en sus últimos años de vida.
Santiago, 2 de julio. En 2022, el programa Cuidados Domiciliarios de Senama alcanzó a atender sólo a 1.515 personas mayores, en circunstancias que 52.125 requieren de esa atención. Esto significa que cubre apenas al 2,9% de quienes necesitan cuidados. Y la atención es absolutamente insuficiente, ya que consiste en dos visitas semanales con una duración de tres horas cada una para personas con dependencia moderada o severa. La OCDE recomienda 22 horas semanales en el primer caso y 41 horas semanales en el segundo. Es evidente que las 6 horas del Senama se quedan cortas.
Considerando que a nivel mundial, las políticas públicas están promoviendo el envejecimiento en casa, que las residencias de larga estadía no dan abasto y son carísimas, que Chile envejece y el envejecimiento empobrece a los mayores y a sus familias, más si ya eran pobres y vulnerables, la inminencia de un colapso social es evidente.
Equivalente al del Sename, que ya presenciamos en los últimos años.
Frente a esta realidad, la Dirección Social del Hogar de Cristo presentará este miércoles 3 de julio, en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, la sexta investigación de la serie Del Dicho al Derecho: “¿Dónde envejecer: Estándares de calidad en la atención domiciliaria de personas mayores en Chile”. El estudio, que tomó dos años, propone un modelo de atención en sus casas para adultos mayores con dependencia. Se basa en la realidad actual de la tercera edad, en particular la que vive en pobreza. También analiza la experiencia internacional y las conclusiones de un panel de 46 expertos, que evaluaron cualitativa y cuantitativamente recomendaciones para mejorar la atención domiciliaria de quienes tienen dependencia en Chile.
Los especialistas consensuaron 54 recomendaciones en tres ámbitos: políticas públicas de envejecimiento, sistema de cuidados de larga duración (CLD) y servicios y prestaciones de atención domiciliaria.
Liliana Cortés, la directora social nacional del Hogar de Cristo, sostiene sobre “¿Dónde Envejecer?” y sus conclusiones:
“Las cifras y la realidad que nos muestran regularmente los noticieros, con personas mayores en soledad, que incluso mueren sin que nadie repare en su ausencia hasta que el olor avisa de su muerte, revelan la urgencia de ocuparnos seriamente de este tema. Esa es la verdadera previsión. Darnos cuenta de que al ritmo que vamos: aumentan los que requieren cuidados y disminuyen quienes pueden entregarlos. Chile envejece de manera acelerada, en 2025, un tercio de la población tendrá más de 60 años, y si seguimos sin hacer nada, las personas mayores morirán en la calle”.
Aunque la tendencia mundial apunta a que los adultos mayores envejezcan en sus hogares, aún hay quienes abogan por mantener establecimientos de larga estadía (ELEAM), pero ahí la realidad es todavía más crítica. Las listas de espera son eternas, frente a un Senama que administra 20 residencias, donde hay 1.188 camas. De ellas, 168 se ubican en la Región Metropolitana. Por otro lado, la oferta total de ELEAM registrados formalmente en Chile es de 878 centros, donde casi la mitad se encuentra en la capital (429). En promedio, cada centro tiene 27 camas, por lo que a nivel nacional habría 23.706 cupos. Las camas que hay no alcanzan ni siquiera para atender a un décimo de las personas en Chile que tienen alguna necesidad o dependencia.
Casi 3,7 millones de personas en Chile son mayores de 60 años −un 18,4% de la población−, y de ese total casi 800 mil presentan algún grado de dependencia. Un acelerado proceso de envejecimiento de la población, que se asocia a un incremento de los niveles de dependencia, representa un enorme desafío para el país. ¿Dónde y cómo terminarán sus días estos adultos mayores? Mientras la demanda de cuidado va en aumento, la oferta es cada vez menor debido fundamentalmente a la mayor cantidad de mujeres que trabajan y a la reducción del tamaño de las familias.
A esto se agrega que en 2020 existían 4,2 personas mayores dependientes por cada 100 no dependientes y se estima que esta cifra aumentará a 12,7 en 2050. Y el 17,9% de los hogares con personas mayores presenta pobreza multidimensional, lo que contrasta con el 10,8% de los hogares sin presencia de mayores, según la encuesta Casen 2022.
Se requiere con urgencia contar con un sistema nacional de apoyo y cuidado de larga duración, universal, integral y continuo, priorizando la atención domiciliaria por parte de trabajadores remunerados con formación y certificación. Esa es la principal recomendación de “¿Dónde Envejecer?”