Estudio de la UDP revela las paradojas de los jóvenes chilenos: una generación que abraza las redes sociales, pero sufre sus efectos negativos, cuestiona la inteligencia artificial y muestra desconfianza hacia los medios.
Las redes sociales son un espacio central para la Generación Z, pero también un terreno problemático. Según el estudio de la Universidad Diego Portales (UDP), mientras 1 de cada 3 jóvenes valora su capacidad para conectar y acceder a información, 1 de cada 4 advierte problemas como bullying, adicción y ansiedad.
«Los entornos digitales funcionan como una espada de doble filo: son una herramienta indispensable para la interacción y formación de identidades juveniles, pero también amplifican vulnerabilidades como el acoso y las inseguridades», explica Rodrigo Durán Guzmán, académico especialista en comunicación y opinión pública.
La percepción varía según el estrato socioeconómico:
- Niveles bajos: la mayor preocupación es el bullying.
- Niveles altos: temen el impacto de la adicción a las plataformas.
Generación crítica: el algoritmo bajo la lupa
Un 48% de los jóvenes intenta controlar los contenidos que reciben en redes sociales, mostrando una clara conciencia sobre la influencia algorítmica.
Aun así, frente a la inteligencia artificial (IA), las opiniones están divididas: El 34% ve la IA como una oportunidad. Otro porcentaje similar la considera una amenaza por la posible pérdida de empleos y problemas de privacidad.
«La Generación Z no es una audiencia pasiva. Observan con lucidez cómo funcionan los algoritmos y cuestionan las implicancias éticas y laborales de tecnologías como la inteligencia artificial. Su mirada crítica redefine la relación entre jóvenes y tecnología», afirma el experto.
Confianza en crisis y referentes perdidos
A pesar de ser nativos digitales, sólo el 23% de los jóvenes confía en las redes sociales como fuente de información. Los medios tradicionales tampoco generan respaldo significativo.
Por otro lado, 45% de los encuestados declara no identificarse con figuras públicas. Entre los referentes predominantes destacan artistas musicales y deportistas, con variaciones según género y edad.
«Esta desconfianza refleja una desconexión entre las instituciones y la juventud. La Generación Z busca referentes que representen sus valores, y los medios deben adaptarse a esta nueva realidad», agrega Durán..
El estudio posiciona a la Generación Z chilena como una generación crítica, consciente y transformadora. A pesar de los desafíos, estos jóvenes no solo consumen tecnología: la cuestionan, la analizan y buscan darle un nuevo sentido.
«No estamos frente a una generación conformista. La Generación Z desafía las estructuras establecidas, exigiendo un futuro más equilibrado y responsable tanto en lo digital como en lo social», concluye el académico especialista en comunicación y opinión pública, Rodrigo Durán Guzmán.