Exitosa primera versión de las Olimpiadas por la Educación Pública en Atacama

Durante tres intensos días, más de 400 estudiantes del norte grande dieron vida en Atacama a las Primeras Olimpiadas por la Educación Pública 2025, un encuentro histórico impulsado por el Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Atacama. Con competencias en seis disciplinas, la actividad marcó un hito de unión territorial, sana competencia y fortalecimiento de la identidad de la educación pública en Chile.

Con la emoción aún presente en los rostros y el eco de los aplausos resonando en los gimnasios de Caldera, Copiapó y otras comunas de la región, concluyeron las Primeras Olimpiadas por la Educación Pública 2025, organizadas por el Servicio Local de Educación Pública Atacama. Más de 400 estudiantes deportistas provenientes de los SLEP Chinchorro, Iquique, Licancabur, Huasco y Atacama participaron en un encuentro inédito que reunió a niñas, niños y jóvenes del norte grande en torno a la convivencia, la inclusión y el espíritu del deporte escolar.

El evento, que incluyó competencias en futsal, balonmano, básquetbol, voleibol, tenis de mesa y ajedrez, se desarrolló durante tres días de intensa camaradería y aprendizaje. El director ejecutivo del SLEP Atacama, Daslav Mihovilovic Pérez, destacó la trascendencia de esta primera versión: “Hemos finalizado exitosamente las primeras Olimpiadas por la Educación Pública. Estamos tremendamente contentos porque primó la sana competencia, el compañerismo y el orgullo de pertenecer a la educación pública”.

Vinculación que se proyecta

Las olimpiadas no solo fueron un espacio deportivo, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos entre comunidades educativas del norte de Chile. La diversidad de experiencias y emociones compartidas durante las competencias dejó en evidencia el impacto formativo de esta iniciativa, que busca proyectarse en los próximos años como un referente nacional.

Fernando Escudero, profesor de Educación Física de la comuna de Caldera y parte del equipo organizador, subrayó el valor de la instancia: “Fue una experiencia muy linda, algo que hacía mucha falta en la región. Estas actividades ayudan a mejorar la convivencia en los establecimientos, sobre todo ante la carencia que existía de espacios de deporte y encuentro”.

Desde el entusiasmo juvenil hasta las reflexiones del profesorado, las voces coincidieron en destacar el espíritu colaborativo y la riqueza de la experiencia. En palabras de José Matarego, representante del SLEP Iquique y flamante campeón: “Fue algo difícil, con errores, pero se fue mejorando. Realmente fue un camino complejo, pero se pudo ganar el primer lugar”.

Su testimonio refleja el aprendizaje que deja toda competencia: la importancia del esfuerzo, la perseverancia y el trabajo en equipo como motores de superación.

Voces que inspiran

Desde el SLEP Chinchorro, Alejandra Urra celebró el haber obtenido una copa, aunque con la autocrítica y el deseo de seguir creciendo: “Con ya tener una copa es un muy buen sabor de boca, pero sé en el fondo que pudimos haber dado mucho más por ese primer lugar. Lo más bonito fue la convivencia que tuvimos con SLEP Atacama y el ambiente en general”.

Por su parte, Eva Huaman, también de Chinchorro, valoró el reconocimiento obtenido tras su participación: “Me costó mucho lograrlo, pero el esfuerzo por fin está dando frutos. Lo mejor de estas olimpiadas fue la comunicación entre las chicas y el respeto que se tuvo durante todo el torneo”.

Ambas coincidieron en que el evento fue un espacio de crecimiento colectivo, donde el respeto, la diversidad y la igualdad de género se vivieron en cada encuentro, reflejando los valores de la Nueva Educación Pública.

Norte de Chile en los podios

Las competencias se desarrollaron con un alto nivel deportivo y gran entusiasmo. En tenis de mesa, el equipo de Huasco obtuvo el primer lugar, seguido de Chinchorro y Atacama. En voleibol, las selecciones de Atacama se coronaron campeonas tanto en damas como en varones, reafirmando el liderazgo regional en esta disciplina.

En ajedrez damas, el podio fue completamente atacameño con Isabella Marambio, Martina Espinoza y Emilia Ahumada ocupando los tres primeros lugares. En ajedrez varones, los representantes de Chinchorro destacaron con Vicente Mella y Eduardo Alegría, seguidos por Benjamín Quispe del SLEP Atacama.

El futsal femenino fue liderado por Atacama, mientras que en varones el título quedó en manos de Licancabur. En básquetbol, Chinchorro obtuvo el primer lugar en la categoría masculina y Atacama en la femenina, mientras que, en balonmano, Iquique se alzó con el campeonato tanto en damas como en varones.

Para Mario Fernando Ponce Durán, entrenador del SLEP Iquique, los triunfos reflejan más que resultados deportivos: “Vinimos con las ganas de participar, y nos llevamos el primer lugar en damas y varones. Eso nos deja muy contentos. Lo más valioso fue el compañerismo y la entrega total del equipo. Algunos jugadores asumieron roles nuevos, pero todos dieron el 100%”.

Una lección de vida

El espíritu de las olimpiadas trascendió las canchas. Así lo expresó Esteban López, quien, pese a no obtener un lugar en el podio, valoró la experiencia con madurez y optimismo: “Fue una experiencia muy buena. Perdimos, pero ganamos experiencia. Cometimos pequeños errores que nos costaron, pero hay que seguir entrenando y esforzándose”.

Sus palabras resumen el sentido profundo de esta iniciativa: formar personas resilientes, colaborativas y comprometidas con sus sueños.

Legado para la educación pública

Al cierre de la jornada, el director del SLEP Atacama, Daslav Mihovilovic Pérez, enfatizó que este evento marca el inicio de una nueva tradición educativa: “Estas olimpiadas son un acto de afirmación del valor que tiene la educación pública en la vida de nuestras comunidades. Hemos sembrado una semilla de integración y esperanza que seguirá creciendo”.

Con el sol de Atacama como testigo, las y los estudiantes regresaron a sus regiones con el corazón lleno de orgullo y la promesa de volver a encontrarse. Las Primeras Olimpiadas por la Educación Pública 2025 no solo coronaron campeones y campeonas, sino que también consolidaron una red de jóvenes deportistas que creen en la colaboración, la inclusión y el poder transformador de la educación pública chilena.

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