El Consejo del Banco Central decidió de manera unánime mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 4,75%, en línea con lo esperado por el mercado. En su comunicado, el Consejo destacó que tanto el escenario externo como el interno han evolucionado de acuerdo con lo previsto en el último IPoM y reiteró que será necesario seguir acumulando información antes de realizar nuevos ajustes, dado que persisten riesgos para la trayectoria futura de la inflación.
En el frente externo, el Banco señaló que la Reserva Federal concretó un recorte de tasas en un contexto de debilitamiento del mercado laboral estadounidense, una actividad aún resiliente y presiones inflacionarias que persisten. Además, destacó el avance hacia un posible acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, aunque todavía existen focos relevantes de incertidumbre. Los mercados financieros globales mostraron un desempeño positivo, con tasas de interés a la baja y bolsas en alza. En cuanto a las materias primas, el precio del cobre aumentó con fuerza, impulsado por restricciones de oferta y factores geopolíticos, mientras que el petróleo se mantuvo volátil y en niveles algo menores respecto de la reunión previa.
A nivel local, las tasas de interés permanecieron estables, el peso se apreció y la bolsa local registró ganancias, mientras que el crédito no mostró cambios relevantes. En nuestra visión, la apreciación del peso, junto con el menor valor del petróleo, deberían contribuir a aliviar las presiones inflacionarias hacia adelante.
En cuanto a la actividad, el Banco Central subrayó que la economía se comporta en línea con el IPoM, con un consumo privado estable y una inversión más dinámica de lo anticipado, especialmente en maquinaria y equipos. El mercado laboral sigue mostrando señales mixtas: leve descenso del desempleo, lenta creación de empleo y moderación en el crecimiento salarial.
En materia de precios, mencionan que el IPC total y subyacente se ubicaron en línea con lo proyectado (4,4% y 3,9% anual, respectivamente).
En conjunto, el comunicado refuerza una postura prudente, aunque con señales de menor presión inflacionaria externa y un entorno financiero más favorable, apoyado por el repunte del cobre y la estabilización de los mercados globales. Desde nuestra perspectiva, el próximo recorte de la TPM se concretaría en diciembre, condicionado a que la inflación subyacente confirme su tendencia a la baja y que el consumo privado o la inversión en sectores no transables no retomen un dinamismo mayor.







