Nueve mujeres ligadas a la prevención y combate de incendios nos dan testimonio de su vocación de servicio, el trabajo para educar a la comunidad, proteger la vida de las personas y el patrimonio silvestre.
Vocación de servicio, amor por su trabajo, liderazgo, fortaleza, organización, resiliencia, son algunas de las virtudes que más se repiten en la historia de nueve mujeres del sector forestal de la Araucanía, que esta semana nos dieron su testimonio de cómo es trabajar en educación ambiental y prevención de incendios forestales en la región.
Un trabajo duro y exigente y poco conocido y que implica para ellas muchas veces, estar lejos de la familia para cumplir su tarea de proteger el patrimonio natural y la vida de las personas.
El presidente de Corma Araucanía, Alejandro Casagrande, dijo que «las mujeres cumplen un rol fundamental en el desarrollo social y productivo del país y el sector forestal no es la excepción. Ellas son un tremendo aporte en todos los puestos donde realizan su trabajo y lo valoramos enormemente. Lo principal, es que cada día se les de la oportunidad y confianza en todas las labores, reivindicando todos sus derechos y condiciones de trabajo”.
Agregó que “en la prevención de incendios, por ejemplo, han demostrado una gran responsabilidad y empatía al momento de comunicar a vecinos y ciudadanía, la importancia de los bosques y el cuidado de ellos, tema relevante para nuestro país si consideramos la ocurrencia de incendios y su negativo impacto en el medio ambiente. Nos enorgullece y valoramos su aporte a nuestra región y al país, por lo que quiero desear un afectuoso saludo a cada una de las mujeres que de una u otra manera contribuyen a la grandeza de nuestro sector forestal”.
Julieta, Rodríguez encargada de emergencias de Carahue
Mientras muchos veranean junto a sus familias en enero y febrero, Julieta Rodríguez está en permanente alerta y con su mayor carga de trabajo. Y no es para menos, es la encargada de emergencias de la municipalidad de Carahue.
Casada y con 3 hijos de 5, 8 y 14 años, sin duda son ellos los que han debido entender que para ella su trabajo es un deber ineludible. “Los funcionarios municipales comúnmente solicitamos nuestras vacaciones en esta temporada, pero para quienes trabajamos como equipo de emergencia, las vacaciones en verano no existen. Tenemos que prepararnos y programarnos para estas fechas”, nos cuenta.
Con orgullo, destaca que en los cuatro años en estas tareas, su equipo ha logrado grandes avances en prevención. Quienes conocen su labor destacan su capacidad de programación y reacción ante los eventos registrados en lo que va de este 2020 y en especial la capacidad de reacción para organizar una evacuación preventiva cuando un incendio amenazó con afectar poblados.
Al respecto, ella se limita a señalar que “Onemi juega un rol muy importante para nosotros como encargados de emergencia, nos asesoran todo el año, nos enseñan protocolos, cómo planificar y actuar, y uno tiene que ocupar esas herramientas que vamos aprendiendo. Por ahí se destaca la capacidad que tenemos de reacción, sin grandes recursos, pero contamos con una capacidad de trabajo en prevención previo a la temporada de incendios”, subraya Julieta con mucha humildad.
Cristina Paine, torrera en Guindo Grande, Los Sauces
Conocida en el sector forestal como una de las primeras mujeres que se atrevió hace 20 años a subirse a una torre de vigilancia y monitorear largas extensiones de terreno para prevenir incendios, Cristina es una pionera y contagia el entusiasmo que mantiene por su labor. “Me gusta todo de mi trabajo, se convirtió en mi pasión. Si no estoy de turno y tengo que reportar algo igual lo hago, así de comprometida estoy. Mi trabajo es estar atenta a la vigilancia, que aparezca alguna señal de humo de incendios, quema de basura, cualquier señal que pudiera generar algo más grande”, relata.
Diariamente recorre 20 minutos caminando para llegar a su torre, desde donde monitorea continuamente durante 6 horas, trabajo que complementa con su labor de dirigente en su comunidad indígena Toledo Cheguan Antipi 2, del sector Guindo Grande en la comuna de Los Sauces. “En mi comunidad he logrado traspasar mis conocimientos, entonces si algún vecino ve algo me llama y estamos coordinados. Estoy continuamente entregándoles información en materia de prevención”, cuenta con satisfacción.
Para Cristina es un orgullo ser de las pioneras en estas labores y se emociona al saber que hoy existen más mujeres torreras, pero aclara lo importante que es el apoyo familiar para cumplir esta labor, especialmente en el hogar, ya que junto a sus colegas se han dado cuenta que a diferencia de los hombres cuando bajan de la torre, ellas, muchas veces deben seguir trabajando. “El descanso de nosotros es acá en la torre, el trabajo es estar atento, con la vista, porque cuando bajamos a nuestros hogares debemos seguir cumpliendo labores.”
Claudia Arévalo, gestora de Red de Prevención Comunitaria en Malleco
Los incendios de la zona central del 2017, marcaron el futuro de Claudia Arévalo. “A raíz de lo sucedido en Santa Olga se inició en el país la formación de redes de prevención comunitaria. Yo partí en la provincia de Arauco, pero ahora me desempeño en Malleco”, relata.
Esta prevencionista de riesgo, oriunda de Collipulli, actualmente gestiona la creación de redes de prevención en las comunas de Purén, Ercilla, Collipulli y Quilaco en Alto Biobío. Pero llegar ahí no fue fácil, tuvo que transitar un largo camino profesional que comenzó como torrera para forestal Arauco, luego trabajó en una oficina de resguardo de brigadas y en una central de operaciones. Posterior a eso tuvo la opción de trabajar en prevención. “En algún momento me ofrecieron trabajar en prevención con Forestal Arauco, éramos un equipo de 4 a 5 personas en la provincia de Arauco y luego nos dieron el dato que se crearían estas redes y como hacíamos algo parecido me traspasaron a estas comunas.”
Explica que su labor comienza llegando a las comunidades y conversando con los vecinos para ahí ayudarlos a organizarse y crear los comités de prevención, donde también participan Bomberos, Carabineros, empresas eléctricas, APR, empresas forestales, municipios y juntas de vecinos, entre otro. Con satisfacción destaca que “hemos desarrollado 3 pilares: acciones preventivas, educación para la prevención y reacción coordinada para, posteriormente, generar un plan de prevención para proteger y prevenir los incendios para cada comunidad”.
Ligada a una familia del rubro forestal, creció entre faenas y bosques y cree que es necesario seguir abriendo nuevos espacios a las mujeres en este rubro. “Se debería potenciar un poco más a la mujer en esta área, abrirse un poco más, pero contemplando que todos somos iguales, no un trato más liviano a la mujer, sino que se vayan incluyendo más, me gustaría mucho”, finaliza.
María Isabel Calful, carabinero de la Segunda Comisaría de Temuco
A cargo de uno de los cuadrantes más grandes la capital de la Araucanía, María Isabel Calful, sargento primero de la segunda comisaría de Temuco, destaca como una de las mejores en su área. Su cercanía a la comunidad ha marcado a vecinos y a sus pares, y le ha permitido recibir un sinnúmero de reconocimientos de los que dice estar orgullosa, pero sabe que este trabajo no permite vanagloriarse. “Trabajamos con 26 juntas de vecinos, más organizaciones, clubes deportivos, clubes de adultos mayores, etc. es uno de los cuadrantes más grandes de Temuco. El mayor premio que he recibido ha sido la confianza que todas estas organizaciones y sus integrantes han puesto en mí, con eso me quedo contenta”.
La Sargento Calful destaca que este año las campañas de prevención se intensificaron, algo que agradece porque sabe que esto es vital para detener cualquier tipo de delito. “Hemos hecho con CONAF y CORMA varias campañas, en carreteras y en el Cerro Ñielol, y hemos tenido siempre una buena recepción de la gente”.
Además, valora que su trabajo se ve facilitado muchas veces porque el liderazgo en las comunidades también lo ejercen mujeres. “El rol que cumplen las dirigentas es mucho más detallista, eso llega más a las personas, generando más confianza. En mi cuadrante 6 del sector amanecer de Temuco, la gran mayoría de las dirigentas son mujeres y se ve que le ponen harto ñeque para poder sacar adelante el trabajo de ayuda a la comunidad y eso se agradece”.
Silvia Hormazábal, Jefe de Protección Forestal Comaco
Ingeniero de ejecución forestal de profesión, Silvia Hormazábal lleva 24 años trabajando en el mundo forestal. Comenzó en Conaf y luego pasó al mundo privado donde se ha especializado en prevención y combate de incendios. Hoy es jefa de protección de Forestal Comaco, una labor que la apasiona, pero que tiene de dulce y de agraz. “Es un trabajo muy sacrificado, a veces ingrato porque hacemos todo para prevenir, para estar atento y a veces los resultados no son buenos; pero también es muy apasionante, tenemos días y semanas que pasan volando, porque hacemos tantas cosas y es tan adrenalínico ya que las respuestas tienen que darse en cosa de segundos, hay que reaccionar rápido y saber, por ejemplo, que uno logró controlar un incendio o prevenirlo es muy motivante”.
Silvia cuenta que sin duda lo más sacrificado es que hace mucho tiempo no tiene un verano libre. “Hace años que no voy a la playa” nos cuenta. Esto se compensa porque su pareja “también trabaja en incendios entonces él entiende los horarios, los turnos, o que suene el teléfono a las 3 de la mañana porque hay un incendio y se acabó la noche. Entonces el tema familiar y personal, cuando uno tiene este tipo de horarios implica sacrificios y esto es válido para hombres y mujeres.”
Por lo mismo, apunta que su ejemplo permite darse cuenta que actualmente en las labores forestales hay espacios para todos sin importar el género. “Siempre he pensado que hay espacio para todos. Independiente del género, sí creo que hay personas con más habilidades que otra, pero no que, por ser mujer u hombre, vas a tener mejor desarrollada la veta social, por ejemplo”, subraya.
Bárbara Pérez, jefa de extensión de Corma Araucanía
Bióloga en Recursos Naturales de la Universidad Católica de Temuco, hace año y medio trabaja junto a otras instituciones y organizaciones regionales recorriendo ferias y fiestas costumbristas, peajes, escuelas y municipios, haciendo campaña de prevención y acercando estos temas a la comunidad. Coincide con el resto de las entrevistadas, en que no es un trabajo que rinda frutos de inmediato, pero cree que de a poco se ha ido tomando más conciencia del problema. “Sin duda, la prevención es un trabajo a largo plazo que debe seguir tomando fuerza”, argumenta.
Para Bárbara el rubro ha cambiado con los años y el ingreso de las mujeres lo ha democratizado, generando nuevos puestos laborales y demostrando además que no hay labor que una mujer no pueda cumplir. “De a poco nos hemos ido abriendo espacios. Antes el rubro forestal era sinónimo de hombres, hoy eso ha cambiado, se han abierto espacios y hemos demostrado que podemos cumplir labores por igual. Por ejemplo, en el combate de incendios tenemos mujeres brigadistas y pilotos de aviones”, destaca.
Paola Méndez, Coordinadora equipo de gestores DAS Obispado de Temuco
Paola durante toda su carrera siempre ha sido un nexo entre el mundo privado y las comunidades. Hoy se desempeña como coordinadora de los gestores territoriales que CMPC tiene en sectores cercanos a sus patrimonios desde el Maule a La Araucanía. Esta labor le ha permitido conocer de primera mano las necesidades más urgentes de las comunidades, y lograr -junto a los gestores- beneficios y apoyo en las áreas que logran visibilizar como oportunidades. “Nosotros nos guiamos por una metodología muy específica para trabajar con comunidades. Mi rol es coordinar a los gestores, porque cada uno tiene territorios que acompañan, y lo mío es metodológico, pero también ir generando nexos más amplios, por ejemplo, con Conaf o los municipios”.
Con varios años desarrollando estas labores, y viendo como operan tanto los privados como las comunidades, destaca sin duda la participación de las mujeres a la hora de entablar relaciones. “La mayoría somos mujeres, me ha tocado trabajar mucho con dirigentas y ellas están asumiendo el cuidado de su entorno. Y en particular en el tema de incendios ellas tienen un rol súper importante, trabajan de una manera integral, se vinculan con todos, tienen conocimiento de lo que hace el municipio y en todas las áreas… están muy informadas”, señala con entusiasmo.
Jennifer Pérez, voluntaria 13ª Compañía de Bomberos de Temuco
A sus 25 años, Jennifer ya tiene dos como integrante del Cuerpo de Bomberos de Temuco. Su compañía tiene la especialidad de incendios forestales y se ubica a los pies del cerro Ñielol, algo que la motivó a ingresar, ya que su interés primordial era proteger las áreas silvestres de la destrucción provocada por el fuego. “Siento que estoy colaborando socialmente a través de los bomberos, ayudo no solo a la naturaleza, sino también a los vecinos cuando protegemos sus viviendas.”
Recientemente madre y en etapa de regreso a sus labores, asegura que ser bombera con especialidad forestal requiere buen estado físico, pero de ninguna manera es un impedimento para que las mujeres hagan las mismas tareas que los hombres. “Es un trabajo que se puede hacer perfectamente bien, independiente del género. Si bien a las mujeres aún les cargan el mito que no se pueden las herramientas, una vez que se logran complementar con los equipos, no hay quien no pueda cumplir estos trabajos”.
Hoy en la Décimo Tercera Compañía de Bomberos de Temuco hay cuatro voluntarias mujeres y una aspirante. Por lo mismo Jennifer invita a otras mujeres a sumarse a la institución. “Ojalá que se puedan sumar más, sobre todo ahora que estamos terminando el verano ya que comenzamos de inmediato a preparar la próxima temporada y por lo mismo sería excelente que se acercaran ahora, para que aprendan durante todo el año como se trabaja para controlar y detener un incendio”.
Claudia Curifil, torrera en Nueva Etruria, Pitrufquén
A diferencia de la torrera Cristina, Claudia lleva solo tres meses en esta actividad. La motivó que es una opción laboral cercana a su hogar que le permite generar recursos en una zona donde no abundan las oportunidades. “Entré a fines de 2019 y todos los días me ha tocado detectar focos de incendios y muchos de ellos son generados por la misma gente que irresponsablemente quema pastizales o basura”, comenta con preocupación.
Claudia también cumple un rol dirigencial en su comunidad, oportunidad que también ha utilizado para traspasar aspectos de prevención y cuidado del entorno. “Mi comunidad se llama Mahuidanche, y ya saben que cuando hay un incendio debemos llamar para informar, además los incentivamos a que no hagan fuego irresponsablemente, que no prendan nada, porque en este tiempo es muy fácil que se produzcan incendios. Hemos visto prácticamente todos los días incendios, porque abarcamos desde Temuco, Imperial, Barros Arana, Pitrufquén, etc. Tenemos una visión muy amplia.”
Con una hija de un año, Claudia asegura que eso ha sido lo más complejo de compatibilizar, sus labores, con el cuidado de su pequeña, pero que gracias a la ayuda de su familia ha sido posible. “Nos hemos manejado bien hasta el momento y cómo este trabajo es por temporada, no ha sido tan difícil y lo mejor es que me proyecto en seguir trabajando acá”.