Berlín asistió a una nueva movilización de colectivos contra las restricciones por la pandemia, entre ellos grupos de la ultraderecha, marcada por la desobediencia desafiante y generalizada al uso de la mascarilla.
Miles de manifestantes contrarios a portar mascarillas y a las medidas de restricciones contra el coronavirus tomaron este sábado (29.08.2020) las calles en varias ciudades de Europa, mientras en Berlín se celebró la mayor manifestación que fue interrumpida por la policía por no respetarse los gestos de protección.
Londres, Paris, Zúrich
En Londres, un millar de manifestantes, congregados en Trafalgar Square, pidieron el «fin de la tiranía médica». En París, 200 a 300 personas protestaron contra la obligatoriedad de la mascarilla. Sophie, una parisina de unos 50 años, acudió a manifestarse en «favor de la libertad de elegir»: «Soy una ciudadana que se opone a medidas liberticidas que no tienen ninguna justificación médica», dijo. También estaba prevista una manifestación similar en la ciudad helvética de Zúrich.
18.000 personas en corazón de la capital alemana
La Policía de Berlín optó por ordenar la disolución de la primera marcha, sobre las 11.00 GMT, unas dos horas de arrancar hacia el punto fijado para la concentración final y cuando unas 18.000 personas desfilaban por el corazón de la capital alemana.
Dos condiciones esenciales impuestas para su autorización –distancia social y uso de las mascarillas– estaban siendo ignoradas por la mayoría de los asistentes a una marcha cuyo aglutinante era negar la necesidad de tales restricciones.
Horas después se reagruparon ante la Columna de la Victoria unas 30.000 personas, según estimaciones policiales, en un ambiente mayoritariamente festivo. Mientras, en las cercanías del Reichstag -sede del Parlamento- y de la embajada rusa se producían encontronazos entre agentes antidisturbios y ultras, que portaban símbolos y banderas anticonstitucionales.
La convocatoria de este sábado, como ocurrió en una anterior marcha con 30.000 personas, el 1 de agosto, agrupó tanto a defensores de teorías de la conspiración o antivacunas como a ciudadanos que consideran vulnerada su libertad de movimientos, mezclados con grupos ultraderechistas, líderes de los llamados «Identitarios» y reconocidos negacionistas del Holocausto.