Desde el 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que el 11 de octubre sea una fecha para fomentar el reconocimiento de los derechos de las niñas y dar a conocer los problemas y adversidades a los que se enfrentan millones de ellas en diferentes partes del mundo. ¿Cómo el deporte puede ser un aliado para disminuir la brecha que hemos impuesto entre niños y niñas?
Hace ocho años, Fundación Fútbol Más comenzó el desarrollo de talleres de fútbol y valores para niños y niñas, en la Región de Atacama, apoyado por el Grupo Minero Carola Coemin; con el objetivo de que, a través del deporte y el juego, pudieran desarrollar habilidades para la vida y, al mismo tiempo, poder involucrar a los barrios y comunidades en la generación de espacios protegidos para la infancia.
En una cancha de la comuna de Huechuraba, en el barrio Las Bandurrias y con un día frío, pero despejado, comenzó ese sueño en una clase donde participaron aproximadamente 30 niños y niñas. De ese número, solo llegaron seis niñas, las cuales, según recuerda uno de los profesores aquel día, se involucraron más en juegos individuales que colectivos.
Tras un año de intervención esas seis niñas sumaron casi 20 compañeras nuevas a su categoría. «Estaban buscando identidad y lugares para encontrarse y, mediante el fútbol y espacios para participar, lograron hacerlo. Hace 13 años, Fútbol Más les dio la oportunidad de vincularse tres veces a la semana y ese grupo no ha desaparecido y siguen siendo amigas”, comenta el profesor.
Según la encuesta ONU Mujeres, “Igualdad de Género en el Deporte: el desafío de fomentar la autoestima y liderazgo en niñas”, realizada el 2018, el 26% de ellas entre 10 y 17 años no practica deportes. De ese número, un 55% dice que es porque “no le interesa”.
Cecilia Moreno, psicóloga con nueve años de experiencia en Fútbol Más, comenta cuáles son las estrategias que ocupa la organización para incentivar que más niñas hagan deporte, “los espacios públicos, como la cancha en este caso, están marcados por la participación masculina. Habilitarla como un lugar seguro e inclusivo para hombres y mujeres fue la primera estrategia para que ellas sintieran que pueden participar”.
De igual forma, Moreno agrega que “desde el principio notamos que era muy importante que las niñas siendo pequeñas se sintieran a la par con sus compañeros y, por lo mismo, se creó la categoría Peques y Pecas, donde niños y niñas de 5 a 9 años entrenan en conjunto”.
Cambio generacional
En el 2015, en la Región del Biobío, Constanza Castro tenía seis años y se inscribió en Fútbol Más en su comunidad, el barrio Ríos de Chile en la comuna de Penco. Estaba con su mamá y otra compañera y vieron un afiche de la fundación. Constanza y su amiga se entusiasmaron porque querían jugar fútbol.
“Fuimos al primer entrenamiento y ahí nos sentimos súper cómodas, porque a veces íbamos a otras partes y nos sentíamos mal porque no nos dejaban participar por ser mujeres. En Fútbol Más sentí que éramos todos iguales. No había diferencia entre hombres mujeres. En el colegio pasa eso, que donde son mujeres no hay campeonatos, no hay nada”, señala hoy Constanza a sus 12 años.
La misma encuesta de ONU Mujeres, anteriormente mencionada, reveló que el 81% de los niños y niñas creen que el fútbol es un deporte que puede ser practicado igualmente por ambos géneros. Ante la misma pregunta, el 95% de los y las beneficiarias de Fútbol Más respondió lo mismo.
“No me gusta que discriminen a las niñas por ser niñas y que no puedan jugar a la pelota, he pasado por eso, fui a una escuela de fútbol y no podíamos jugar porque éramos niñas, al final de los partidos no nos dejaban jugar”, agrega Constanza.
Sin saberlo, ese grupo de niñas de Las Bandurrias, abrió las puertas para que miles de otras niñas, en diferentes regiones, países y continentes pudieran desarrollarse y jugar en espacios protegidos para ellas. 12 años después, la fundación tiene 6.200 niñas inscritas en sus programas en ocho países, de un total de casi 20.000.