En diciembre pasado, el presidente Miguel Díaz-Canel, acompañado del exmandatario Raúl Castro, anunció en televisión nacional lo que llamó el «Día 0», la muerte a inicios de 2021 del CUC, la «doble moneda» (equivalente al dólar) que circulaba en la isla desde 1994.
La directiva que los cubanos esperaban desde hacía meses no vino sola: el gobierno informó que, con el año nuevo, se iniciaría otra serie de reformas económicas que llamaron «tarea ordenamiento» y que tenían como objetivo «hacer más productiva y eficiente la economía».
A medida que pasaron los días se supo que las «tareas» traerían consigo, entre otras cosas, un notable incremento de los salarios para el sector estatal (de una media de 4,9 veces en un país donde el sueldo rondaba los US$37) y, también, de un exponencial aumento de los precios (algunos, como la electricidad, de un 500%).
«Le subieron el precio a todo. Imagínate que ahora un triste pan con poca harina y sin aceite cuesta 20 veces más. Eso para no hablar de los medicamentos, la electricidad o el transporte», cuenta a BBC Mundo Yaquelín Rodríguez Cruz, una trabajadora del sector privado de la provincia de Pinar del Río.
«Subieron los salarios, pero te suben también los precios, entonces estamos en las mismas. Al final, con lo de la electricidad echaron para atrás, porque la gente estaba muy molesta. Pero igual sigue estando muy cara», agrega.
Tras el anuncio de las medidas, en un país donde el disenso es sumamente inusual y la oposición es reprimida, los cubanos inundaron las redes sociales con comentarios contra la subida de precios.
La reacción popular, que el gobierno calificó de «opiniones respetuosas», llevaron a las autoridades a un ligero recorte en la subida de alguno de los sectores más polémicos: la energía y el gas licuado (que fue aumentado inicialmente en un 200%).
«Se revisará lo que haya que revisar y se corregirá lo que deba y pueda ser corregido», dijo Díaz-Canel en diciembre ante la Asamblea Nacional (el parlamento unicameral, de un único partido, que se reúne solo dos veces al año).
Las medidas que entraron en vigor este 2021, según expertos y cubanos entrevistados por BBC Mundo, buscan rectificar «deformaciones» que han afectado por años la economía de la isla, aunque también corren el riesgo de desencadenar una «bola de nieve» que llevaría, potencialmente, a una «inflación sin precedentes».
«Lo otro es el tremendo descontento popular. Yo tengo 35 años y nunca había visto la gente expresarse con tanta molestia y mira que llevamos años tragando y tragando cosas», dice Rodríguez.