Un jubilado de Alemania fue multado con 250.000 euros (295.000 dólares) por tener escondidos en su domicilio un tanque Panzer de la Segunda Guerra Mundial y un cañón antiaéreo de 88 mm.) Además, el hombre poseía en el lugar un impresionante arsenal.
El agente inmobiliario retirado Klaus-Dieter Flick, de 84 años, tuvo ocultos el Panzer (Panzerkampfwagen V) y el cañón en un búnker construido debajo de su casa, ubicada en la ciudad de Heikindorf, en el norte de Alemania.
El hombre le dijo al juez que había comprado el tanque como chatarra en Gran Bretaña, en 1977, y que incluso había pagado unos 35.000 dólares a la Bundeswehr(fuerzas armadas de Alemania) para reparar el motor.
El hombre accedió a declararse culpable por haber violado la Ley de Control de Armas de Guerra. Se le impuso una sentencia de prisión en suspenso de 14 meses y se le ordenó pagar unos 295.000 dólares de multa, de acuerdo con lo que informa el medio británico Daily Mail.
En el arsenal que se le descubrió al jubilado alemán en su búnker, construido en tiempos de la Guerra Fría, había, además, un torpedo, un mortero, 70 rifles de asalto y más de 2000 cartuchos de diversas municiones.
La policía tropezó casi de casualidad con este enorme botín bélico en 2015 cuando llegó al jardín trasero de Flick para buscar esculturas de bronce de los tiempos del nazismo que, según denuncias, adornaban el lugar.
En ese momento, el alcalde de la ciudad, Alexnader Orth, había dicho a la prensa local que el jubilado “andaba resoplando sobre el tanque” durante una desastrosa nevada que cayó en la zona en 1978.
Objetos nazis también en el búnker
Además del tanque, las armas y las municiones de la Segunda Guerra Mundial,la policía descubrió en el búnker una gran colección de recuerdos nazis, incluidos uniformes de la SS, pero por ello no recibió acusaciones.
El lugar donde fue hallado el búnker de Flick, en el norte de Alemania (Daily Mail/)
La ley alemana señala que es ilegal exhibir símbolos del nazismo, a menos que se lo haga por razones educativas o históricas.
El abogado del jubilado había argumentado que el armamento estaba por completo desmantelado y no representaba amenaza alguna para el vecindario. Pero el juez desestimó esta expresión de la defensa e intimó a los abogados y fiscales a llegar a un acuerdo.
Pese a que Flick tendrá que hacerse cargo de una onerosa multa, la justicia en este caso no le confiscó ni el tanque ni el cañón antiaéreo. Se le ordenó en cambio al hombre que debía venderlos en el transcurso de los próximos dos años.
De todas formas, el juez solicitó que el Panzer de 44 toneladas, dos metros de ancho y cinco de largo fuera retirado de la casa del jubilado. Para ello se destinó un equipo de 20 soldados de la Bundeswehr con dos vehículos de transporte que demoró unas 9 horas en retirar del búnker y de la casa del anciano la enorme máquina bélica.
De acuerdo con lo informado por el citado medio británico, Flick ya fue abordado por varios posibles compradores del tanque de guerra. Entre los oferentes por el Panzer se encuentra un museo de Seattle, Estados Unidos; en tanto, un coleccionista privado alemán se mostró interesado por el arma antiaérea.
El Panzer, utilizado por los alemanes, fue uno de los tanques más temibles de la Segunda Guerra Mundial y considerado posiblemente el mejor de todos los desplegados por los ejércitos que participaron de la conflagración.