Para muchos es conocida la imagen del personaje de ficción Tarzán, un hombre internado en la selva, que usaba unas prendas rústicas para cubrir su cuerpo, convivía con animales de todo tipo y realizaba un sinfín de acrobacias.

Algo similar experimentó Ho Van Lang, quien estuvo durante cuatro décadas en la selva buscando refugio mientras en su país se desataba la conocida guerra de Vietnam.

Aquel hombre murió después de regresar a la “civilización”. ¿Qué pasó y cuál es su historia?

Guerra de Vietnam

El conflicto bélico entre dos sectores de Vietnam (sur y norte) se desarrolló entre 1959 y 1975. Se calculan unos 5.7 millones de víctimas y unos 10 millones de personas que salieron refugiadas, según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados.

Ho Van Lang no buscó un lugar seguro fuera de su país; lo hizo en la profunda selva de Vietnam en 1972, cuando contaba con tres años. Para aquel momento Estados Unidos desplegaba una serie de bombardeos y ante eso su padre huyó con él.

Lang tenía una familia formada por otros tres hermanos y sus padres. De acuerdo con información de BBC, la mamá y dos de sus hermanos perdieron la vida en medio de las bombas y los disparos.

El hermano mayor logró estar a salvo con otros parientes y por años intentó seguir el rastro de su papá y el pequeño.

La vida ‘primitiva’

Se sabe que ‘Tarzán’ vivió en una choza improvisada al lado de su padre. Cazaba y buscaba fruta de los cultivos cercanos para mantenerse con vida.

“Unas cinco personas me vieron en la selva. Corría y me escondía. La gente podría herirme”, comentó el hombre para un documental posterior, con evidente dificultad para expresarse y parte de su dentadura en mal estado.

Fue criado a la par de la vegetación. Pasó de tener 3 años a ser un adulto. No tenía noción del tiempo y cuando, finalmente, los encontraron con su progenitor en 2013 creía que la guerra continuaba.

No obstante, los acercamientos con la “civilización” empezaron tiempo antes. Como reseñan varios medios, el hermano mayor indagó todos esos años hasta que le advirtieron de la presencia de dos personas en la selva. Las halló e intentó de muchas maneras que regresaran con él, pero no querían.

Solo hasta agosto de 2013 su regresó se hizo realidad. Un grupo de personas que, aparentemente, hacían expedición por la zona los vio en peligro y decidió alertar a las autoridades.

Regreso a casa

Ho Van Lang, ahora con 44 años, y su padre empezaron a vivir en la casa del hermano mayor.

Tuvieron que adaptarse a todas las costumbres que ellos no concebían. Retomar la lengua para comunicarse con sus parientes fue uno de los esfuerzos, pues el padre mantenía algunos vocablos, pero Lang debió aprender mucho con el fin de expresarse.

Álvaro Cerezo, explorador español, retomó la historia del hombre cuando en 2017 estrenó el documental “El Tarzán vietnamita”. Se lo llevó de nuevo a la selva para que le mostrará cómo vivía y le contará sus percepciones de la ‘nuevo camino’.

– ¿Cuál es la primera impresión que tuviste en tu primer día en la civilización?, le preguntó Cerezo.

– Me gusta la sensación de montar en carro –contestó.

– Y, en la ciudad, ¿qué te impresionó más? -le cuestionó de nuevo el español.

– Ver que los animales son amigables con las personas. En la selva, los búfalos siempre escapaban de mí.

– ¿Qué piensas del mundo moderno?

– Pienso que es ruidoso, concluyó Lang.

Y de esta manera continuó la conversación en la que él mantenía una sonrisa y trataba de decir algo más que simples monosílabos.

Según el documentalista, ‘Tarzán’ entabló una relación de amistad con él y le pareció maravilloso compartir parte de sus vivencias.

“No me gustó verlo viviendo en la civilización. Siempre me preocupó que él y su cuerpo no pudieran manejar un cambio tan drástico. Había pasado toda su vida en la selva y luego llegó a vivir en el mundo civilizado, donde comenzó a ingerir alimentos procesados y, a veces, a beber alcohol”, afirmó Cerezo citado por el diario estadounidense New York Post.

El cáncer

El hombre recibió su identificación de ciudadano con un chip electrónico en marzo de 2021, como anunció el medio local “Cogan”.

Según la información conocida, en estos últimos meses vivía en la provincia de Quang Ngai, Vietnam, en una casa que le donaron. Se dedicaba a cosechar arroz y plátano. También cazaba peces. Ya no lo acompañaba su padre porque murió en 2017 a causa de las enfermedades propias de la vejez.

Recibió el diagnóstico de cáncer de hígado en noviembre de 2020. A pesar de eso, no logró someterse a una operación por el avance de su condición. ‘Tarzán’ murió a los 52 años en la mañana del 6 de septiembre del presente año en su hogar.

“Era un niño pequeño con las habilidades de un sobrehumano”, concluyó el explorador Cerezo ante su fallecimiento.

Fuente: El Comercio