¿Sabía usted que recientemente fue descubierta y desarrollada una vacuna contra el hanta virus por una investigadora chilena? ¿O que científicos chilenos llevan décadas estudiando la relación entre cambios previos en el campo magnético con la ocurrencia de sismos y la encontraron? Noticias cómo éstas tienden a pasar inadvertidas, pero resultan tan relevantes para nuestro país y nuestras vidas que nos sorprende que no tengan la cobertura que se merecen.
Descubrimientos chilenos, como éstos últimos, se han estado sucediendo en la historia reciente, como el de quién desarrolló el primer anticonceptivo subcutáneo, o el del investigador que desarrolló la vacuna contra la hepatitis B, O la tecnología de atrapanieblas. También el descubrimiento astronómico de un exoplaneta, de una estrella enana marrón, o la redefinición del fenómeno de la vida o de qué es un ser vivo.
¿Qué factores posibilitaron el surgimiento de estos investigadores chilenos?, ¿Será uno de ellos la calidad de educación recibida? o tal vez, ¿El financiamiento recibido para sus investigaciones? o a lo mejor, ¿Su pensamiento divergente y creativo? Investigar en Chile es difícil. Muchas veces los fondos son escasos y las instituciones académicas en su mayoría no tienen una capacidad instalada para investigar, pese a que por misión deban generar conocimiento.
Es urgente avanzar en investigación e innovación de instrumentos tecnológicos para la indagación y la resolución de problemáticas que nos afectan. Para ello, hay que intencionadamente provocarlas desde la primera infancia hasta la vida adulta, creando ambientes de educación que potencien las habilidades investigativas, evitando modelos educativos que solo repliquen el conocimiento, lo clasifiquen y reproduzcan. Urge avanzar hacia estrategias educativas donde la respuesta no esté prefabricada, sino que necesite ser problematizada e investigada.
La investigación y su respectiva difusión, cuando su foco es el ser humano en contexto, produce desarrollo y equidad en el acceso a derechos esenciales en un país, enriquece la economía para todos, la diversidad cultural y la habitabilidad en bienestar.
Marietta Pizarro Carretta
Académica
Universidad Central Región de Coquimbo