Por
Patricio Urquieta
Intendente de Atacama
Los adolescentes de nuestro país están en riesgo. Nuestros escolares son los primeros consumidores de marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes sin receta médica de América. Uno de cada 3 escolares de Chile declara haber consumido marihuana en el último año. Solo 1 de cada 5 escolares cree que consumir esa sustancia de manera frecuente es riesgoso.
Ante esta realidad, con una visión republicana, el Presidente Piñera nos convoca a todos a combatir con fuerza este flagelo social a fin de bajar los índices de consumo y elevar los niveles de percepción de riesgo. El Estado no puede solo y, por eso, se requiere un trabajo conjunto del Estado, las familias, las escuelas y la sociedad civil para prevenir el consumo de drogas.
Para lograrlo, nuestro Gobierno implementará un modelo preventivo que ha demostrado ser exitoso a nivel internacional y que supone un cambio de paradigma en la manera de entender la acción preventiva, esto es, no centrada en el individuo sino en su contexto.
El plan Elige Vivir sin Drogas que implementará el Presidente Piñera, se inspira en el exitoso modelo Planet Youth desarrollado en Islandia que tiene un objetivo central y dos ideas clave. El objetivo es evitar, retrasar y disminuir el consumo de drogas y alcohol en niños, niñas y adolescentes mediante el fortalecimiento de sus ambientes de desarrollo social, comunitario y familiar. Las dos ideas clave están basadas en, por un lado, convocar a un gran acuerdo social que comprometa a todos los actores: a las autoridades, las familias, los establecimientos educacionales, al sector privado y a la sociedad civil en general, con el desafío de prevenir el consumo de drogas; y por otro, constituye un cambio en la estrategia de prevención del consumo de alcohol y drogas, ya que no pone el foco solamente en decirle a nuestros niños lo perjudicial de estas sustancias para su salud y su desarrollo, sino que además, interviene sus contextos de vida, creando oportunidades para practicar deporte, desarrollar sus talentos artísticos o musicales, para que pasen más tiempo con sus familias, crezcan en ambientes seguros y confiables y, en general, para que desarrollen proyectos de vida sana que sean una alternativa real al consumo de drogas.
Es un camino que nos compromete a todos, que derrotará mitos y construirá oportunidades, permitiendo que alcancemos el desarrollo integral de nuestro país, sin que nadie quede atrás.