Por Luis González Codocedo
Abogado
Ex – Consejero Regional de Atacama
El bajo crecimiento económico y la cesantía se han convertido en estos meses en un tema que no esta ajeno de las conversaciones en la ciudad y en las distintas comunas de la región, siendo el gran problema que no ha podido resolver el actual gobierno que terminó por ahogare en su propio eslogan de los «tiempos mejores».
La situación económica en nuestra región tiene encendidas las alarmas en los distintos municipios, porque son ellos lo que deben hacer frente a los efectos de los altos índices de cesantía que hemos conocido últimamente con la ayuda social, donde el desempleo llegó al alarmante 8,6% y no se ve que pueda bajar esa cifra.
Para que usted sepa señor lector, se estima que se recaudan 600 millones de dólares adicionales por cada punto de crecimiento económico, una cifra que parece alta, pero cada año el plan de infraestructura de salud cuesta 4 veces ese valor. Entonces si tenemos un menor crecimiento económico, tendremos una menor recaudación fiscal por la vía de los impuestos, y por ende habrá menos recursos municipales por concepto de ingresos tributarios, patentes y derechos entre otros, y por otra parte habrá más gastos en ayuda social.
Este malestar general es palpable en las calles y los distintos sectores políticos y sociales locales quienes manifiestan su preocupación ante un futuro muy, pero muy incierto.
El gobierno del presidente Sebastián Piñera resultó ser una gran desilusión para muchos, de los grades salvadores de la económica, pasaron a ser los bomberos de la política, apagando cada incendio que se han auto provocado con sus desacertados comentarios y decisiones.
Lo más lamentable, es que hoy en día no vemos medidas o acciones que tomen las riendas de un reimpulso económico en la zona, se han cerrando locales comerciales y oportunidades de desarrollo, además han ajustando el presupuesto al máximo, como suele suceder en los gobiernos de derecha y si a ello agregamos que ningún Intendente de Atacama en este gobierno es capaza de gastar el presupuesto regional, que para el próximo año se estima que será de $ 88.000 mil millones de pesos.
El dólar a $ 679 y con tendencia a la alza, a nadie parece interesar, pero es grave que ello suceda, pues tiene implicancias en la economía local y nacional como el aumento de los precios de los combustibles y los bienes importados, también tendrá impacto en la inflación, influyendo en la canasta familiar de los alimentos y que probablemente las carnes, las leches y el costo del transporte van a ser más caros.
Los municipios ha cumplido el rol de salvavidas de las familias, cuyos jefes de hogar han quedado cesante por la difícil situación económica que atraviesa el país y que golpea con dureza a la región de Atacama, pero acá el gobierno no puede mirar hacia al lado, nada es gratis, de algún lado deben salir los recursos, no se puede pedir al municipio que se haga cargo de la ineficaces políticas económicas y sociales que el gobierno ha implementado, deben entender que el periodo de los «tiempos mejores» no llegara, en algún lado se quedo y que nunca empezó su viaje, se quedo esperando como Penélope.
En fin, un bajo crecimiento y una cesantía que viene galopando a paso firma, no se ve que a mediano pueda existir un cambio, ni Lady Godiva nos salvara.