Hace algunas semanas esta agrupación participó en de la salida de la primera locomotora desde el puerto.
Cuando en los tiempos actuales se habla de redactar una nueva Constitución y proceder a la pronta elección de gobernadores (intendentes) regionales, podemos afirmar que no hay nada nuevo bajo el sol, porque estas ideas libertarias se pusieron en marcha hace 160 años, en el marco del sueño regionalista de un grupo de hombres atacameños y coquimbanos que se unieron para luchar por mejores condiciones de vida para el norte chileno, particularmente para estas dos provincias (como se llamaban entonces) que tan poco recibían -y siguen igual- desde el nivel central, comparativamente a las riquezas y fortunas que ambas entregan al erario nacional.
Hombres como Pedro León Gallo y los hermanos Matta, por Atacama, y Anselmo Carabantes y Pedro Pablo Muñoz por Coquimbo, se unieron para hacer frente al gobierno centralista de Manuel Montt y lograr la independencia y autogobierno de estas dos provincias, luchando literalmente con las armas en la mano contra el ejército chileno leal al Presidente, dando inicio a lo que se llamó históricamente: “La Revolución Constituyente”.
Estos revolucionarios nortinos no se quedaron solo en las palabras bonitas y los sueños utópicos, sino que tomaron las armas decididamente para ir a luchar contra el centralismo. Para lograrlo se formó un ejército de mineros, esencialmente, que dio vida al Batallón Cívico de Atacama, liderado por el gran caudillo Pedro León.
En su avance hacia la capital, las huestes revolucionarias se enfrentaron primeramente al ejército oficialista en los faldeos de un cerro ubicado al norte de La Serena y que más tarde se conoció como la «Batalla de Los Loros», donde el ejército de mineros logró derrotar a las huestes oficialistas del Ejército de Chile, las que debieron replegarse,
Días más tarde, el 29 de abril, se llevó a efecto la segunda escaramuza bélica contra el gobierno centralista de Manuel Montt, en el sector de Cerro Grande, ubicado en el lado sur de La Serena, donde las tropas regionalistas de Coquimbo y Atacama se volvieron a enfrentar al ejército centralista, pero, lamentablemente, terminando esta vez con la derrota de los nortinos.
Al comienzo de esta batalla, las tropas revolucionarias de Pedro Leon Gallo, con más de 2.700 hombres, ganaban con cierta facilidad. Luego de dos horas de lucha, las municiones de los rebeldes empezaron a agotarse, teniendo que emplear las que tenían de reserva. Sin embargo, en breve se descubrió que habían sido saboteadas, pues, en lugar de pólvora tenían café molido, inutilizando las armas que las dispararon, lo que fue una clara traición. Esto determinó el triunfo del gobierno de Montt y también apresuró el fin de la Revolución Constituyente.
A pesar de la derrota de las fuerzas regionalistas, se produjo un cambio social importante en el país; especialmente, respecto a los impuestos, la educación y la democratización que comenzó a aplicar Montt, en respuesta al clamor a las demandas de la gente nortina.
RECREACION
Este sueño libertario de Pedro León Gallo y Pedro Pablo Muñoz se mantiene latente en el espíritu de la agrupación serenense “Parque Mirador Batalla de Los Loros” que, desde hace unos años, viene recreando este acontecimiento histórico en el poblado de Islón, el cual este año contó con la presencia del alcalde de La Serena, y el gobernador de la provincia de Elqui Roberto Jacob, quienes han venido luchando para conseguir en comodato estas sierras (47 hectáreas), con el fin de convertirlo en un museo de sitio que permita recrear permanentemente este suceso histórico.
De hecho, hace unos meses recrearon allí la Batalla de Cerro Grande y han efectuado visitas guiadas al sector, con el fin de que la Revolución Constituyente sea conocida especialmente por las nuevas generaciones.
Cabe destacar que una representación de la Agrupación “Parque Mirador Batalla de Los Loros” se hizo presente en el puerto de Caldera, durante el mes de julio último, para participar en la fiesta de recreación de la salida experimental de la locomotora “La Copiapó” desde la estación de esa comuna con destino a Monte Amargo en 1851, donde fueron recibidos por la alcaldesa porteña, Brunilda González, quien los felicitó y agradeció la participación.