OCHO CONSEJOS PARA PROTEGER SU PIEL DEL SOL

Evite el sol de mediodía

Entre 11 y 15 horas no debería exponerse directamente al sol. Las radiaciones ultravioleta son las mayores en estas horas. Manténgase a la sombra, pero cuidado si tiene la piel sensible: la radiación ultravioleta es más débil en la sombra, pero permanece por la reflexión de la luz solar.

 

Protéjase con ropa adecuada

Con la ropa adecuada puede protegerse bien de la radiación ultravioleta. Lleve pantalones largos, camisas de manga larga y sombrero. El factor de protección de los tejidos varía según el tipo de tejido y su grosor. También existe ropa especial de protección solar. Debe llevar la etiqueta “UV Standard 801” y señalar el factor de protección solar.

 

Elija el factor de protección solar adecuado

Utilice una crema solar con un factor de protección adecuado a su tipo de piel y a la radiación ultravioleta del lugar donde se encuentre. Tenga en cuenta también que la crema incluya una protección contra los rayos UVA. Desde 2007, estas cremas están etiquetadas con el logotipo UVA. Los rayos UVA son los causantes del cáncer de piel entre otras dolencias.

 

Calcule su tiempo de exposición al sol

La protección solar propia de la piel varía entre 5 y 20 minutos según el tipo de piel. El factor de protección solar de la crema protectora multiplica el tiempo que usted puede exponerse al sol. Por ejemplo: una piel del tipo 1 con 5 minutos de protección propia, multiplicada por un factor de protección solar de 50, tiene una protección de 4 horas frente a las quemaduras solares.

 

Utilice suficiente protector solar

Un adulto medio necesita unos 35 gramos de crema protectora para poder proteger todo el cuerpo. Esta medida se corresponde a cuatro cucharadas soperas. Además, la crema debe ser aplicada repetidamente, aunque esto no prolonga el tiempo de exposición al sol. Importante: aplicar la crema siempre entre 20 y 30 minutos antes de tomar el sol.

 

Utilice gafas de sol

La radiación solar frecuente puede provocar daños en el interior del ojo. A menudo no se notan y se van acumulando a lo largo de los años. En consecuencia, pueden aparecer dolencias oculares típicas de la tercera edad como cataratas o daños en la retina. Las radiaciones ultravioleta pueden provocar irritaciones o visión borrosa incluso poco después de la exposición solar.

 

Utilice sombrillas con protección ultravioleta

En la playa, las sombrillas con protección ultravioleta pueden suponer una ayuda extra. Su tejido está reforzado con una fina capa de aluminio que filtra los rayos solares con más eficacia que los tejidos habituales. De todas maneras no existen estándares unificados y no se puede medir con exactitud la eficacia de estas sombrillas. Por eso debe aplicarse además la crema de protección solar.

 

Protéjase también en el agua

El agua es especialmente peligrosa, ya que su superficie refleja aún con más fuerza los rayos solares. Hasta un 60 por ciento de los rayos UVB y un 85 por ciento de los rayos UVA llegan hasta medio metro de profundidad en el agua. Como la piel se refresca con el baño, las quemaduras solares no se aprecian hasta después. Por eso es imprescindible utilizar un protector solar resistente al agua.

 

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