Bien lo sabe el Radio Club Copiapó, siempre disponible a apoyar las situaciones de emergencia, pero más disponibles aún en trabajar en protocolos y prevención de éstas.
Hoy, en pleno siglo 21, la tecnología crece exponencialmente día a día y el celular es un claro ejemplo de esto. Linterna, radio, geolocalizador, teléfono, traductor, calculadora, cámara fotográfica y de video son solo algunas de las tantas “aplicaciones” que podemos ocupar en nuestros celulares, pero ¿qué sucede cuando se cae la señal? ¿Qué hemos aprendido de comunicarnos en tiempos de emergencia? Lamentablemente, tanto en Copiapó como en el país, la lección la aprendimos luego de trágicos eventos como lo han sido los aluviones, los aludes y los terremotos.
¿Cómo nos comunicamos en estos casos? Más allá de cualquier recomendación que se entrega para no “saturar” las líneas telefónicas, hay un grupo de actores sociales que son fundamentales para enfrentar ésta y otro tipo de emergencias: las y los radioaficionados/as. Quiénes son parte de la red de protección civil del país incorporándose activamente a los Comités de Operaciones de Emergencia a nivel nacional, regional y comunal, permitiendo potenciar la difusión de la información que se pueda generar en situaciones de emergencia. En la capital regional son representados por Radio Club Copiapó y han sigo agentes clave en distintas oportunidades en sus casi 20 años de historia. Son cerca de 30 socios, no obstante, en la región son cerca de 500 radioaficionados y radioaficionadas.
Gracias a la colaboración del Radio Club se pudo tener comunicada la mina San José desde el primer día del derrumbe; también facilitaron el trabajo realizado durante el aluvión, han participado de los distintos simulacros, además de cooperar en la comunicación en las labores de búsqueda de Catalina Álvarez durante este año.
Actualmente, sus equipos repetidores son capaces de conectar al 75% del territorio regional, gracias a los proyectos que han elaborado para comprarlos, mostrando así su gran compromiso social y su capacidad para mantenerse organizados autogestionando recursos en beneficio de toda la comunidad. Así mismo han habilitado para la conexión radiofónica a diferentes establecimientos rurales, que han sido o podrían ser ocupados como albergues, como la Escuela Amolanas y Escuela San Antonio, en la comuna de Tierra Amarilla, una Junta de vecinos de Paipote y la Escuela de San Pedro en la comuna de Copiapó y uno por instalar en la Escuela de María Isabel, en la comuna de Caldera, esto junto a la capacitación y certificación de las personas a cargo.
Pero este Club tiene la claridad de que con la autogestión no es suficiente, también se requiere del compromiso institucional y desde ahí me he sentido convocada a aportar en lo que respecta al municipio pues debemos tener protocolos de actuación en conjunto, que permitan coordinarnos en caso de emergencias y poder ir en apoyo desde el primer momento, ante las eventualidades que pudiesen ocurrir o, mejor aún, tener planes de contingencia en casos de alertas emanadas por la ONEMI. Frente a todo lo antes mencionado, la I. Municipalidad de Copiapó se encuentra con una tremenda oportunidad respecto al resguardo de su ciudadanía ya que cuenta con más de 500 personas preparadas para apoyar con sus servicios de radiodifusión de manera voluntaria, con gran vocación y respeto, por lo que resulta urgente comenzar a trabajar coordinadamente.