Creciente desarrollo de la industria de Biomasa: la energía renovable que nace de los bosques

En Chile la biomasa es la energía renovable más utilizada, superando en 13 veces el uso de la energía solar y eólica. El 80% de la producción total, principalmente el chip, se concentra en el sector industrial.

Normar la calidad del combustible, formalizar el mercado y contribuir a reducir los impactos negativos a la salud del mal uso de leña, son los principales objetivos detrás del proyecto de ley de Biocombustibles Sólidos que actualmente se redacta en el Ministerio de Energía, y que pretende regular los distintos tipos de biomasa como astillas, pellet, leña y briquetas.

Y es que el camino hacia la mejor utilización de estos recursos como estrategia de descontaminación es un desafío al que se han sumado las principales economías del mundo. España, tercer país europeo que lidera los recursos absolutos de biomasa forestal, solo por debajo de Suecia y Finlandia, construyó la segunda planta de biomasa que podría abastecer a una población similar  a una de las ciudades más contaminadas de la zona sur de nuestro país como Temuco. A esto se suman las proyecciones de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, que establecen que la producción de energía renovable en base a biomasa (bioenergía) alcanzaría el 20%, el próximo año.

Siguiendo la línea de las principales potencias del mundo, el gerente de la Asociación Chilena de Biomasa (ACHBIOM),  Antonio Minte, dice que una de las principales tareas de la institución es visualizar la importancia de la biomasa en la matriz energética chilena. Actualmente la biomasa es la principal fuente de energía renovable, y la segunda más importante, únicamente por debajo del petróleo crudo, superando al carbón y el gas natural. A diferencia de su competencia es la única 100% renovable.

“Hoy la biomasa tiene como principal actor al chip en el sector industrial, luego viene la leña en el sector domiciliario; en ambos sectores ha iniciado hace algunos años su ingreso el formato pellets, el cual puede ser considerado como el formato más moderno de biomasa. De esta forma la biomasa representa 18% del sector industrial y un 27,2% del sector comercial, público y residencial (CPR)”, dice Antonio Minte.

En Chile, la biomasa es la energía renovable más utilizada superando en 13 veces el uso de la energía solar y eólica. Si bien en nuestra matriz energética la mayor demanda se focaliza en el sector industrial con 80% de la producción total de biomasa, el 20% restante corresponde a leña, representando este formato una quinta parte del total de energía en base a materia orgánica. Además en las ciudades del sur del país más del 90% de las viviendas utilizan biomasa para calefaccionarse.

El creciente desarrollo de la industria de la biomasa viene a relevar la utilización de la leña, poniendo el acento en la necesaria certificación del producto, el mejoramiento de calefactores y la responsabilidad de su buen uso por parte de los usuarios.

La mala imagen de la leña

Un informe encargado por Greenpeace y AirVisual, que midió los niveles de contaminación por material particulado fino PM 2,5 posicionó a Padre Las Casas, Osorno, Coyhaique, Valdivia y Temuco, dentro de las cinco comunas más contaminadas en Latinoamérica, en 2018. Por su bajo costo y mayor accesibilidad, la leña es el principal medio de calefacción utilizada por los habitantes de estas ciudades, sin embargo la pregunta que debemos hacernos es si efectivamente los problemas de contaminación ambiental son causados por la leña o por el mal uso realizado por las personas.

Alejandra Schueftan, arquitecta y gerente de la sede Los Ríos del Instituto Forestal, INFOR,  enfatiza que: “el problema de fondo es que usamos mucha energía para calefaccionarnos y eso es una consecuencia de que nuestras viviendas están mal aisladas”.

La experta agrega que  en Chile, a la deficiente aislación de las viviendas, se suman sistemas de calefacción ineficientes y el uso de combustible de mala calidad, como es la leña húmeda, adquirida en el mercado informal, y no certificada.

Pese a ello, el presidente de Corma, Juan José Ugarte, dice que los usuarios han asumido una mayor responsabilidad en privilegiar productos de mayor calidad.

“De acuerdo a información que nos ha proporcionado el Infor, el consumo de leña seca ha aumentado, lo que es una gran noticia y se está derribando el mito que la leña verde dura más. El siguiente paso es avanzar hacia la certificación, porque madera seca certificada nos dice que estamos haciendo un manejo sustentable del bosque”, agrega el presidente de Corma.

Actualmente cerca de siete millones de personas utilizan cocinas a leña o sistemas de combustión lenta para calefacionarse. Por ello, el uso de calefactores certificados y una correcta manipulación de los mismos, con un tiraje abierto de las estufas generan un impacto positivo en la reducción de los niveles de contaminación.

Mejorar calidad y certificación

Un estudio realizado, en 2009, por SICAM sobre combustión residencial a leña, en la ciudad de Temuco, midió los niveles de emisiones de una cocina a leña, un calefactor a combustión lenta y una salamandra. También se incluyó en las variables el uso de leña seca y húmeda, además de dispositivos con mala operación por sus usuarios que lo dejaban con tiraje cerrado, pensando erróneamente que esto permite concentrar mayor calor en la vivienda.

El resultado fue categórico al establecer, por ejemplo que un calefactor de combustión lenta que utilizaba leña seca y generaba 15g de MP 2,5 por kilo de leña quemado,  aumentaba a 24.2g de MP 2,5 por kilo de leña quemado si se utilizaba leña húmeda, y esa contaminación subía exponencialmente si se sumaba una mala operación del equipo alcanzando76 g de MP 2,5 por kilo de leña quemado de contaminación, es decir 5 veces más contaminante solo por mala manipulación y leña húmeda.

Un informe de Evaluación Programa de Recambio de Calefactores a Leña del Ministerio del Medio Ambiente, de 2019, realizado  por el Centro de Sistemas Públicos de la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile analizó los beneficios ambientales del programa de recambio de calefactores. El análisis, que muestra valores en condiciones de laboratorio, estableció que mientras un calefactor antiguo a leña generaba 125,9 kgMP2.5/Vivienda-año, un dispositivo  certificado  llegaba a 30, mientras que uno a pellet solo a 1,9 kgMP2.5/Vivienda-año.

Para la gerente de INFOR, este estudio es relevante porque “lo que más afecta la contaminación es la mala operación del calefactor, entonces vemos que se le echa la culpa a la leña de un problema que tiene que ver con los usuarios, y cómo manipulan los calefactores que es una consecuencia de que las viviendas no pueden retener el calor que generan los calefatores”.

De esta forma, la mala aislación de una vivienda terminará generando una pérdida de calor del 70%, que será contrarrestada por el mayor consumo de leña y el uso del tiraje cerrado del calefactor para retener el calor, lo que terminará por contaminar 10 veces más.

El análisis de la gerente de INFOR, es respaldado desde la AChBIOM.  Antonio Minte explica que “lamentablemente el formato leña ha cargado con todo el problema de la contaminación, tanto a nivel político como a nivel social, pero la razón de la contaminación no es mono-factorial, si no que se debe a un problema multifactorial, del cual nadie se ha hecho cargo”.

Juan José Ugarte, presidente de Corma, agrega que en países desarrollados el recurso leña está instalado transversalmente en la población contra los mitos que dicen que la leña es responsable de la contaminación. En ese sentido el llamado a los usuarios es a privilegiar la leña certificada y tomarse el tiempo por mejorar las condiciones de aislación y hermeticidad de las viviendas.

Recambio de calefactores y calefacción distrital

Hay que destacar también estrategias que se están realizando para atacar el problema de la contaminación como los programas de recambio de calefactores y la denominada economía circular que viene a cambiar nuestra manera lineal de producir y consumir residuos.

Para el gerente de ACHBIOM “es la industria de la madera, por tanto, desde su base de manejo sustentable de los bosques, que está llamada al reemplazo del cemento en la construcción por medio de la madera, del plástico en diferentes usos, por medio del papel, y de los combustibles fósiles por medio de la biomasa. Las reducciones de CO2, por este reemplazo, serán además un tremendo aporte en la mitigación al cambio climático”.

El ejemplo de Finlandia con su estrategia de calefacción distrital es otra de las iniciativas que van propiciando un mejor uso de nuestros recursos.

La gerente de Infor Los Ríos, Alejandra Schueftan, destaca este sistema y recuerda algunas iniciativas de calefacción distrital que han sido exitosas como un caso en Temuco que funciona desde hace 10 años en la ciudad. Aún así, la gran  barrera que tienen los proyectos distritales es que para que el sistema sea factible económica y técnicamente, las casas deben tener una demanda de energía para calefacción baja”.

El presidente de Corma, en tanto, menciona que el ingreso de la calefacción distrital implicará un cambio cultural y derribar ciertos temores ya que “existe el prejuicio que si tengo estufa en mi casa yo la mantengo y la pago. Si tengo que pagar algo en común hay un riesgo. Es mucho más eficiente la distrital, tener una pequeña caldera y abastecer varias viviendas o edificios”.

Una buena noticia en el ingreso de distintos tipos de Biomasa, señalan en INFOR, es que las encuestas de consumo de leña realizadas en 2018-2019 en distintas regiones muestran una rápida transición energética hacia el pellet más que a la leña certificada. Este crecimiento ha sido muy rápido producto de la entrada en vigencia de los PDA . Estos Planes de Descontaminación Atmosférica implican la prohibición de uso de leña cuando hay episodios de emergencia o pre-emergencia ambiental, además de incentivar el recambio de calefactores a leña por aclefactores a pellets u otros combustibles.

Antonio Minte dice que “hoy Chile cuenta con una industria del pellet más consolidada y en constante crecimiento en su capacidad de producción, que efectivamente permiten visualizar que la falta de stock de años atrás, sólo se debió a un crecimiento acelerado del mercado, al cual la industria ya se adaptó”.

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