PADRES CREAN Y AUTOFINANCIAN CENTRO EDUCATIVO PARA ATENDER A SUS HIJOS E HIJAS CON “TEA”

  • El sueño del grupo de padres es lograr un financiamiento o ayuda de parte de algún empresario o de algún filántropo que les quiera cooperar para mejorar la infraestructura de la casa-escuela que acaban de habilitar.
  • Diario Tierramarillano solicita a nuestros lectores compartir esta nota merecedora de elogios.

A pesar que se trata de una “patología” de salud común y corriente, existe mucho desconocimiento en la sociedad acerca del autismo y la conducta de quienes lo padecen. La definición más acotada dice que “se trata de un trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior”.

El problema parte desde el momento que erróneamente se le trata casi como una “deficiencia” y se acentúa en el caso de los niños en edad preescolar y en la enseñanza básica, porque “sus mundos” no van a la par con el resto de sus compañeros y eso radica en que, necesariamente, requieren de atención personalizada, la que no se encuentra en los colegios municipalizados, ni siquiera particulares de Copiapó. Por esa razón, muchos padres prefieren no hacer pública esta condición de sus hijos o hijas, por el riesgo de ser estigmatizados en su capacidad de aprendizaje.

En favor de cualquier escuela o jardín que atiende a estos menores, hay que entender que un docente no puede estar preocupado permanentemente de un alumno en particular, en desmedro del resto.

Así fue que, atendiendo esta realidad, un grupo de padres de Copiapó con hijos que tienen diagnosticado Trastorno Espectro Autista (TEA) creó hace cuatro años un centro de apoyo escolar para brindar la educación que requieren sus hijos e hijas, en vista que no encontraban respuesta a sus inquietudes y necesidades en la educación formal de la capital regional. Esta loable iniciativa, que brinda atención de prekinder hasta quinto básico, tiene el doble mérito de ser financiada con recursos propios que aportan las mismas nueve familias que sostienen el proyecto educativo, pagando de sus bolsillos el arriendo del recinto educativo, los sueldos de los docentes y los consumos básicos. Al comienzo eran once pequeños los que partieron en este proyecto, hoy son nueve; los otros dos, al cabo de un tiempo, fueron reintegrados al sistema formal de educación.

“Hemos planteado este proyecto al Ministerio de Educación, pero es complicado que lo acojan a financiamiento, porque nos exigen la infraestructura que para nosotros resulta imposible costear, partiendo por los baños”, explica Karen Alfaro, antigua apoderada de esta casa-escuela y quien agregó que “hemos recibido ofrecimientos de apoyo de autoridades en época de campañas políticas, pero con el tiempo esas promesas quedaron en el olvido”.

Por su parte, Carla Sotomayor, madre de un menor de 12 años, resaltó que “contamos con el apoyo de 3 sicopedagogas y ayudantes que ejecutan una malla curricular entregada por el Ministerio de Educación y al final se trabaja como un colegio normal, pero con prensiones de autismo multifuncional”.

Esta misma apoderada expresa que el sueño del grupo de padres es lograr un financiamiento o ayuda de parte de algún empresario o de algún filántropo que les quiera cooperar para mejorar la infraestructura de la casa-escuela que acaban de habilitar en Vallejo 853, por ejemplo, el patio, instalar juegos infantiles y pasto sintético, con el fin de darle comodidad y seguridad a sus hijos.

Fonos de contacto en caso de  posible ayuda o cooperación: +56997119910 o bien al +56942239624.

 

 

 

 

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