Dicen que las adversidades de la vida convierten a las personas en seres más creativos, porque nos vemos obligados a reinventarnos o generarnos nuevas oportunidades para seguir subsistiendo. Tal es el caso de Fabiola Huerta, que tras estar diez años vendiendo lentes guantes y bufandas para toda edad afuera de la Galería Coimbra, hoy –en su nuevo punto de venta- ofrece las bien valoradas mascarillas que, en estos tiempos, pueden llegar a ser instrumentos salvadores de vida.
La idea se le ocurrió hace tres semanas, cuando el virus entró fuertemente a nuestro país y, a través de los medios de comunicación, se informaba que no había stock de estos elementos en nuestra región ni en el país.
Primero empezó a vender su nuevo producto en su propia casa, por razones de limitancia física, ya que padece de fibromialgia, hoy salió a la calle a venderlas y, hasta el momento, ha tenido buena recepción por parte del público, pero confía en aumentar mucho más las ventas. “No quiero exponerme al contagio, por lo que no estoy concurriendo a mi lugar habitual de trabajo en el centro de Copiapó que es un carrito donde vendo lentes de sol, dispensadores de agua eléctricos, ampolletas anti-mosquitos y venta de abrigos de polar y ropa de mascotas.
“Pero, no es lo único que confecciono, también hago ropa de mascotas y uniformes de ciertos colegios”. Ella tiene actualmente su permiso ambulante asignado en calle Chacabuco, a un costado de Carnes Kar, donde la podrá encontrar a partir de la próxima semana, una vez que transcurra la Semana Santa.
“El lunes voy a salir a trabajar con mi hija, al menos, medio día, porque ella me va a ayudar con el carro donde incorporaré las mascarillas, alcohol gel, guantes y protector facial. Las mascarillas están hechas en una tela muy buena, impermeable, que no traspasa, se llama TNT y, mas encima, la trabajo doble, es flexible, no produce daños ni alergia en la cara. Ciento por ciento seguras”, concluyó.