En este día, me quiero anticipar con la efeméride de mañana y compartirla hoy. En esta ocasión, quiero hacer referencia al natalicio de un gran personaje contemporáneo, que se entregó por completo al desarrollo de su querida ciudad natal, aun no teniendo cargo alguno de “servidor público” rentado.
Me refiero al empresario múltiple, agricultor, político e historiador, don Francisco Javier Ríos Cortés, más conocido por todo el mundo como “Pancho” Ríos, dueño del fundo El Rosario, situado en el altiplano norte de Vallenar, quien nació –según mis registros- en la capital del valle del Huasco el 18 de abril de 1913, aunque Google dice que ocurrió el 27 de abril… y es probable que tenga razón. Fueron sus padres don René Ríos Molina y doña Rosa Cortés Taborga. Estuvo casado con doña Brunilda Cruz Olivares. Le sobrevive su hija Mónica Ríos Cruz.
Don Pancho, más que el patrón del fundo Rosario, era un servidor de la gente. Lo recuerdo un hombre alto y de contextura vigorosa y bonachón, a pesar de la fuerza de su lenguaje, huaso a su manera. Recuerdo haber visto a familias enteras de La Gómez, la Carrera y la Polvorera subir hasta su hacienda para trabajar en la cosecha de papas, y él las recibía a todas, sabiendo que de esa forma las ayudaría en sus ingresos.
No hay vallenarino del ayer que no haya conocido a don Pancho Ríos. Por ejemplo, el incansable investigador Oriel Álvarez Gómez, publicó en un diario local una crónica titulada: “Francisco Ríos Cortés, Paladín del progreso huasquino”, donde recuerda que en 1932 compró la hacienda El Rosario, ubicada al lado naciente de la hacienda Cavancha. Amigo de conspicuos hombres públicos, sobre todo de correligionarios radicales como el doctor y senador Isauro Torres Cereceda y el diputado Manuel Magalhaes Meedling, entre tantos otros.
Muchas veces lo vi subir y bajar por el camino de tierra que conducía hasta su casa en su vetusta camioneta Chevrolet color beige, cuando iba o venía a su oficina en la distribuidora Shell de la avenida Matta, de la cual era concesionario, o del Club Social del cual era uno de sus antiguos socios, del municipio, porque alguna vez también fue regidor o de alguno de los bancos de la ciudad. Debe haber sido en uno de estos viajes suyos, cuando al regreso a casa, al intentar cruzar la línea férrea, no vio ni sintió el tren que venía con carga de metal desde Los Colorados y levantó por los aires a su vehículo, tras el violento impacto. Yo estaba en el patio de mi casa en La Carrera cuando vi que salió del vehículo por sus propios medios y, al rato, lo vi pasar frente a mi casa, seguramente camino del hospital para tratarse alguna herida menor. Era fuerte físicamente también el hombre.
Entre las obras que llevan su sello se cuentan la Piscina Rotaria, el edificio de la Escuela Industrial (hoy Liceo B-8) y el Liceo Polivalente (Liceo A-7), también lo vimos en el estadio y en las carreras a la chilena, su pasión deportiva.
Entre las obras literarias que dejó para la inmortalidad se cuentan: “Atacama, tu tradición es Historia” y “Por las riberas del Huasco”, obra que le permitió recibir la medalla municipal “Ambrosio O´Higgins” en octubre de 1982.
Don Pancho Ríos falleció el 6 de marzo de 1995. Hoy lo recordamos con motivo de su natalicio número 107.
Sergio Zarricueta Astorga