La Revolución Industrial iniciada en Gran Bretaña a mediados del Siglo XVIII es el proceso de transformación económico, social, político y tecnológico más relevante de la Historia. Hoy nos enfrentamos a cambios forzados por una contingencia dura, invasiva y despiadada. Ante las transformaciones que ha sufrido la sociedad en diferentes aspectos empiezan a surgir otras preocupaciones y prioridades; nuevos focos de desarrollo que hacen cambiar la formación de los profesionales para no quedarse literalmente en el pasado. La academia es donde se crea el conocimiento, a través de la investigación y la ciencia; cuando se aplica este conocimiento, nace la tecnología.
En este contexto, ella hace que todo sea más eficiente y a la vez eficaz cada día y sobre todo genera mayores velocidades en el crecimiento y sustentabilidad basado en la economía circular y avances en lo social, empresarial y comercial. Estos énfasis se ven reflejados en diferentes áreas del desarrollo profesional y se ven fundamentadas en la empresa a partir de la Planificación Estratégica, el Big Data y la automatización.
Es innegable que – obligados por la contingencia – la visión, la misión y los objetivos estratégicos de las empresas ya no volverán a ser los mismos. Debemos rediseñar nuevas estrategias que se adapten a este escenario. En ese marco, el Big Data se instaló en las organizaciones con softwares suficientemente integrados para desarrollar una inteligencia de mercado y resolver problemas complejos y multidimensionales; y observamos la automatización que se torna básica y que busca ampliar el objetivo de venta, mediante la velocidad que provoca la auto atención. Podemos también decir con certeza que se refleja en el gran poder que tiene la digitalización a nivel organizacional. Se evidencia en este período cómo ha sido el gran aliado de las microempresas y emprendedores que encontraron en las redes sociales una gran oportunidad de exhibir y comercializar sus productos y servicios, como nunca antes se había visto.
Concentrar la formación en especialistas en áreas específicas irá paulatinamente desapareciendo. Hoy, ante las exigencias que impone el contexto, se deben definir perfiles profesionales multidisciplinarios, con competencias y conocimientos que conversen con otras disciplinas para tener una mayor y mejor visión holística, para una realidad cada vez más más veloz y competitiva.
Juan Alberto Rojas, Académico UCEN Región De Coquimbo