Por Susana Pacheco Tirado,
de la Sociedad Pedro Pablo Muñoz Godoy
La noción de patrimonio tiene sus antecedentes históricos en la colección de obras de arte y un momento histórico relevante es el Renacimiento. Entonces, y por primera vez, se reúnen objetos a los que se confiere la capacidad de evocar el pasado. Esto es posible porque ya existía conciencia histórica, es decir, conocimientos suficientes del pasado como para poder atribuir a determinados objetos una determinada historicidad.
Sabemos que el concepto “patrimonio” ha estado ligado al de herencia, al conjunto de bienes que una persona adquiere por legado familiar más, la Música, desde su enfoque antropológico y sociológico que conlleva, nos obliga a considerarlo como una práctica social debido a que es una expresión ligada al ser humano en todos los momentos de su vida convocando sensaciones y vivencias que constituyen expresiones propias de un lugar y de una época.
Todas las estructuras que utiliza la Música para conformar su discurso sonoro tales como: obras, interpretaciones, partituras manuscritas, documentos originales – son recursos valiosos que atestiguan la historia. Además a través de ellas es posible identificar las características de la época que representa, en estilos, y en géneros musicales.
La Música, patrimonio cultural intangible, llamado también inmaterial, considera todo aquello que no puede ser tocado, pero si puede ser visto, y ser escuchado.
Todo este bagaje patrimonial ha sido preservado gracias a la aplicación que permite escribir y descifrar el lenguaje musical impreso en partituras, convirtiéndose estas en valiosas herramientas para recuperar el conjunto de manifestaciones que hemos recibido del pasado y que debemos esforzarnos por rescatar, para interpretar y difundir.
Hablar de Música equivale a hablar de acciones y de temporalidad, porque la Música sólo existe cuando se hace presente, es decir, cuando se interpreta, por tanto es un hecho que sucede, empieza y termina.
El patrimonio musical y además histórico, se basa en el valor de la creación musical, cuando nos entrega su especial argumento de la historia y cuando nos invita a revivir el pasado, a revisar lugares y hechos que fueron protagonizados especialmente, en este caso, por hombres de las provincias mineras de Atacama y Coquimbo.
“La Constituyente”, es el himno testimonial de las batallas de “Quebrada de Los Loros” y de “Cerro Grande” La Constituyente escrita en 1859 por los autores: en el texto: Ramón Arancibia Contreras y en la música, el gran compositor y violoncelista: Henri Billet, su creación nos trae al presente las acciones acaecidas en aquellos días en que se cantaba por la esperanza de mejores días.
Para que la Música cumpla su cometido se precisa conocerla auditivamente; si no logramos entregar y recibir su mensaje, nunca conoceremos el acompañamiento sonoro que escoltó al soldado en tiempo de guerra, y a los demás ciudadanos en tiempo de paz, cuando las tertulias alegraban los salones de las provincias de Atacama y Coquimbo específicamente.
La “Cuadrilla” (del francés quadrille) era un tipo de danza de salón, heredera de la antigua contradanza francesa del siglo VIII y que estuvo de moda en Europa y sus colonias desde principios del siglo XIX hasta la primera guerra mundial.
El término cuadrilla se originó en los desfiles militares del siglo XVII en los que cuatro jinetes montados ejecutaban formaciones cuadradas. La palabra probablemente deriva del italiano quadriglia diminutivo de quadra, de ahí un “pequeño cuadrado”.
La danza “Cotillón” era un tipo de baile proveniente de Francia inventada alrededor de 1760 en la que solo bailaban dos parejas. Durante 1800 el cotillón evolucionó y se convirtió en el antecesor de la “cuadrilla”.
La “quadrille” era ahora un baile animado con cuatro parejas, dispuestas en forma de cuadrado, cada pareja mirando hacia el centro. Un par se llamó la pareja “cabeza”, los pares adyacentes los pares “laterales”. A menudo, una figura de baile era realizada primero por la pareja principal y luego repetida por las parejas laterales.
Aunque se compuso nueva música para la danza, los nombres de las cinco partes siguieron siendo los mismos, al igual que los pasos y las figuras coreográficas. Las piezas se llamaron:
- Le Pantalon (“Pantalones”).
- L’été(“Verano”).
- La Poule (“La gallina”).
- La Pastourelle (“La pastora”).
Todas las partes correspondían a bailes populares y canciones de propias del siglo XIX: Le Pantalon era una canción popular, la segunda y tercera parte eran bailes populares, La Pastourelle era una balada muy conocida.
La obra “Cuadrillas Militares”, fue escrita por el compositor Fidelis Pastor del Solar, en honor a las Glorias de Don Pedro León Gallo; en arreglo para piano y que dedicó a la señora Doña Josefa Vicuña de Ovalle. Fue publicada por el Editorial Niemeyer, Hamburgo y Centro Editorial de Música, Santiago de Chile, Moneda 3109.
Pedro León Gallo Goyenechea, se había manifestado contrario al gobierno del presidente Manuel Montt por la intolerancia que ya se venía arrastrando por dos presidentes que gobernaron por diez años cada uno. Sentía que al reducir los decenios de poder, seguramente se ampliarían los derechos individuales.
Estos sueños libertarios lo llevaron a organizar un ejército para sacar del abandono en que las provincias del norte estaban sumidas aun cuando ellas aportaban gran caudal para el erario nacional y a cambio no se recibía recompensa para los pueblos del norte que seguían abandonados.
Se inicia la marcha desde Copiapó cuando los zuavos constituyentes guiados por su bandera confeccionada de seda azul y la estrella dorada al centro, flameó por las áridas tierras del desierto. En La Higuera fueron recibidos por los constituyentes de La Serena bajo el mando de Pedro Pablo Muñoz Godoy que lo esperaron para hacerse más fuertes y juntos enfrentaron a las fuerzas enviadas por el gobierno central. En Quebrada de los Loros el 14 de marzo 1859.
Confiados en la victoria lograda en Quebrada de Los Loros se dispusieron seguir hasta Cerro Grande. La traición enturbió el proyecto y los sueños libertarios. La lucha había durado cinco horas, derrotados las huestes del desierto, decidieron el cruce de los Andes. Siguiendo por los caminos del valle de Elqui, y el paso de Agua Negra llegaron a la ciudad de Mendoza.
En 1863 Pedro L. Gallo, regresa a Chile siendo acogido calurosamente tanto en Santiago como en Copiapó. Minero, político y uno de los fundadores del Partido Radical. Senador por Atacama y diputado por Copiapó.
Sumado a su prestigio político se interesó también en la vida cultural, realizando estudios de filosofía y literatura.
La música rindió homenaje a Pedro León Gallo por su entrega y amor al terruño y a la libertad.
La inspiración de su autor impresa en el pentagrama, nos sirve hoy, no sólo para reescribir la historia, sino que también para reconstruir y traer al presente el valioso tesoro inmaterial, espiritual, e intangible que la Música encierra.
Las cuadrillas de don Pedro León Gallo se hicieron tan populares en Chile que por largo tiempo no se tocaban otras en los salones, ni había banda que no las prefiriera.-
Las Cuadrillas militares se bailaban en grupos mixtos desarrollando complejas figuras previamente establecidas y estudiadas las que eran dirigidas por un bastonero. Durante la mayor parte del siglo XIX gozaron, incluso, de mayor popularidad que el Vals.
Estas que presentamos corresponden al esquema de cuadrilla francesa cuyas secciones son:
1.-El 5 de enero. O revolución de Copiapó.
2.- L”eté. Travesía del desierto.
3.-Poule. Batalla de Los Loros.
4.-Pastourelle. Entrada a La Serena.
5.-Finale. Todo se ha perdido, menos el honor.
Estas obras están catalogadas, por tanto fuimos a las fuentes autógrafas del archivo Central Andrés Bello de la Biblioteca Nacional para tener acceso a las partituras originales.
Las Cuadrillas Militares dedicadas a las Glorias de don Pedro León Gallo, fueron escritas para piano; en tono mayor y vibrante.
La música de la historia no es sólo la partitura y los instrumentos musicales, ella además incluye los códigos culturales, la sensibilidad, las emociones que involucra toda expresión artística.
Gracias a ella y gracias a la magia de su ritmo, su tempo, su cadencia, nos será posible conocer el quehacer de la época que hoy recordamos tanto en costumbres, como en moda, en vestimenta, en formas de relacionarse y con todo nos mostrará símbolos de identidad y que servirán para establecer nexos entre las generaciones como también conocer las preferencias de los géneros musicales más reconocidos en los salones decimonónicos chilenos.
Hemos instalado el pentagrama para no olvidar a quienes se movilizaron en 1851 y 1859 persiguiendo los ideales de justicia social por la causa de las provincias del norte, por defender el enorme caudal de bienes que entregaba al poder centralizado y por el constante abandono a que fueron sometidos.
Hoy, pasado los años, los siglos. Nada ha cambiado.
La situación de las regiones continua en constante postergación y tan olvidadas como ayer. Injustamente.