Existe un sinnúmero de productos disponibles para la protección solar, pero pocos saben cuál es el adecuado para el tipo de piel o la actividad que se realiza.
El uso diario del protector solar es fundamental para tener una vida saludable, más aún cuando estamos a días de recibir el verano. No solamente retrasa los signos del envejecimiento prematuro, previniendo manchas y arrugas, sino que también disminuye considerablemente los riesgos de cáncer a la piel que causa más de 300 muertes al año en Chile, de acuerdo a la Corporación Nacional del Cáncer, siendo uno de los tres más comunes en el país.
Por eso, la importancia de elegir un protector solar adecuado al tipo de piel o las actividades que uno realiza es clave para obtener una defensa eficaz y completa. Pero, ¿qué debemos considerar para esta elección? Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, señala que son varios los factores a considerar, pero que “es clave saber leer las etiquetas y estar consciente de los formatos de estos productos para escoger el que mejor se ajuste a las necesidades de cada persona”.
Primero debemos entender que existen dos tipos de rayos ultravioleta, los UVB y UVA. Aun cuando ambos son dañinos, los primeros son mayoritariamente responsables de broncear la piel y causar quemaduras, mientras que los segundos provocan daños en capas más profundas de la piel, dañando el tejido y hasta el ADN de las células.
No obstante, por mucho tiempo se pensó que sólo los UVB eran dañinos, por lo que el factor de protección solar (SPF) se refiere al resguardo contra este tipo de rayos. “Si bien ningún factor filtra el 100% de los rayos, el SPF30 se presenta como la medida más común y adecuada, con un 97% de efectividad”, señala Molina. De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) requiere que todos los protectores solares con menos de SPF15 (que filtraría un 93%) tengan una advertencia que indique que el producto sólo protege contra las quemaduras, pero no contra los daños más severos a la piel.
Asimismo, la facultativa hace hincapié en que se debe optar por un producto con protección de “amplio espectro”, que aseguraría no sólo un resguardo contra los rayos UVB, sino también contra los UVA. “Además, hay productos con tecnología full light, que protegen de la luz visible y los rayos infrarrojos, que representan más del 90% de las radiaciones solares”, indica.
Otro punto sustancial se refiere a los formatos y componentes extras que presentan los protectores en la actualidad, ayudando a cubrir de mejor forma las necesidades de la población. “Hoy no sólo encontramos protectores en crema, también existen lociones, spray y geles, que permiten aplicar fotoprotección a diferentes tipos de piel –seca, mixta, grasa o sensible- y para diferentes zonas del cuerpo. Por ejemplo, para pieles grasas se recomiendan productos ligeros –loción o gel- y con toque seco, que permiten que la piel no brille una vez aplicado. En el caso de pieles maduras, cremas o lociones que incluyan acción antiedad”, explica Molina.
De igual forma, hay que prestar atención a zonas del cuerpo que pueden resultar más expuestas y menos protegidas. Según la farmacéutica, “hay poca conciencia respecto al cuidado de los labios. Estos necesitan de protección e hidratación, ojalá de un producto que cuente con SPF15 –como mínimo- y que incluya otros elementos como la vitamina E, por sus propiedades antioxidantes, hidratantes y antienvejecimiento”.
Los especialistas señalan que la efectividad del protector también dependerá de su correcto uso y aplicación. En este sentido, “los protectores en spray o lociones con gatillo, permiten una aplicación más fácil y rápida -ideal también para los niños-, o en zonas más difícil acceso como cuello, orejas, clavículas y hasta la zona lumbar”, relata Molina.
También es importante considerar para qué tipo de actividad será utilizado el protector. Por supuesto que aquellos que indican ser “resistentes al agua” son ideales para momentos de alta sudoración o para asistir a playas y piscinas. Sin embargo, la facultativa hace hincapié en que luego de una inmersión de 40 minutos, sólo el 70% del valor del SPF queda en el cuerpo, por lo que se recomienda volver a aplicarlo. “Además, hoy existen productos ‘antiarena’, que evitan que ésta se pegue a la piel, generando menos irritación por la fricción lo que es ideal para pieles sensibles”, destaca.
En suma, entender las características y funcionalidades de los fotoprotectores entrega mejores herramientas para un mayor cuidado. Sin embargo, la mejor protección para la piel es la prevención. “El uso de sombreros, vestuario con filtro UV, anteojos, evitar exponerse al sol entre las 11 y 16 horas, y aplicarse protector solar todos los días –independiente de la época del año- son claves para mantener la salud de nuestra piel”, finaliza la especialista.