Un paso a la vez-297-Espacio limitado

Una calurosa mañana en Paraguay hace algunos años, esperaba el transporte público de pasajeros para dirigirme desde la ciudad de Luque hasta la capital donde tenía que hacer unos trámites. La distancia a recorrer era de unos once kilómetros, que en auto lleva 20 minutos, y en colectivo una hora. Eran las 7 de la mañana cuando llegó el colectivo, hice señas, paró, e intenté subir entre una especie de tapón humano apiñado en la escalera de entrada junto al conductor (quienes son de la zona ya se lo están imaginando, ¿verdad?). Obviamente ese transporte tenía más gente a bordo de la que debiera tener por reglamento y por seguridad de los pasajeros. Incluso cobrar el boleto era toda una hazaña para el conductor que además de conducir, hacía las veces de guarda.Subía más gente de la que bajaba y ciertamente la mayoría de ellos bajaría al final del recorrido, una hora después, lo cual significaba que pasaría una hora parada, incómoda y en peligro. En un segundo decidí dejarlo pasar y esperar con paciencia una segunda opción.

¿Sabes? a veces veo mi vida como ese colectivo: por cumplir, por ganar tiempo, por ayudar, por hacer feliz a alguien, dejo subir a mi agenda más compromisos de los que puedo manejar con seguridad y comodidad. El viejo dicho “el que mucho abarca, poco aprieta” tiene muchísimo sentido en la práctica. Por querer hacer más, a veces no hacemos nada y terminamos estresados, y sin resultados. ¿Te suena?

Lo cierto es que nuestra agenda tiene un espacio limitado. Debemos aprender a mantener un nivel de compromisos coherente con el tiempo disponible, para evitar “accidentes”.
Dios nos de sabiduría para lograrlo.

Lore Burgos-Psicóloga

Ciudad de Centenario. Provincia de Neuquen

Argentina

 

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