La Sociedad Pedro Pablo Muñoz Godoy con la Ilustre Municipalidad de La Serena realizarán una charla denominada: Batalla de Los Loros, sus símbolos y sus perspectivas, en el marco de la conmemoración del mes del Patrimonio en Chile. Esta actividad estará a cargo del arqueólogo, Francisco Fernández Aceval; del historiador Joel Avilez Leiva; del escritor Arturo Volantines Reinoso y del ensayista y doctor de la Universidad de la Sorbonna, Cristian Vila Riquelme. La actividad se realizará vía plataforma Meets, a partir de las 18:00 horas del jueves 20 del presente mes. Es gratuita, y se pueden inscribir en: https://forms.gle/cLx5fRaxMiLLdYNU8
Este conversatorio es para poner en perspectiva los estudios arqueológicos que se realizaron recientemente en el Sitio de la batalla de Los Loros. También, para hacer un recuento de los vestigios históricos y fuentes primarias; así mismo, un análisis de los Partes de Guerra y testimonios de soldados respecto de la batalla. Además, de una relación del espíritu que generó la Revolución Constituyente y cuáles fueron las motivaciones epocales del pensamiento mundial, que absorbieron los intelectuales revolucionarios de Atacama y Coquimbo. Y se reflexionará sobre las perspectivas políticas, ideológicas, regionalistas a la luz de los hechos relevantes políticos y, especialmente, de la actual escena del proceso constituyente, que el pueblo de Chile lleva adelante.
La Sociedad Pedro Pablo Muñoz Godoy completó, hace poco, la prospección exhaustiva del Sitio, con un equipo de historiadores, arqueólogos, ingenieros y otros profesionales, para despejar dudas del polígono de la batalla, que sucediera hace 162 años, en la llamada “Revolución Constituyente”, que encabezaran: Pedro León Gallo y Pedro Pablo Muñoz. Esta institución tiene el comodato de casi 50 hectáreas y trabaja allí —hace muchos años—, para recuperar y asegurar el lugar, para las nuevas generaciones. Y dar cumplimiento con las obligaciones de la concesión del Ministerio de Bienes Nacionales.
La labor que lleva adelante la Sociedad Pedro Pablo Muñoz Godoy es muy importante para el país; ya que la batalla de Los Loros es muy reveladora, porque los conflictos que allí se plantearon siguen vigentes, como la educación pública, una nueva constitución y la incorporación de la mujer a la vida ciudadana. Además, se pretende, al sondear el lugar, descifrar otros enigmas importantes de la batalla, como saber dónde fueron sepultados los casi trecientos soldados que murieron en la contienda, dónde se atrincheraron las tropas; el alcance de las armas, especialmente de los cañones, e, incluso, saber si, antes de la batalla, hubo en ese sector vestigios incas o diaguitas.
Para que la comunidad conozca más de este proyecto en el sector, denominado: “Sitio de la Batalla de Los Loros”, se ha trabajado en la creación de un referente, a partir de su notable patrimonio intangible y tangible y de ser símbolo de la dignidad y del sacrificio de las Regiones. La labor específica en el “Sitio de la Batalla de Los Loros” —en conjunto con muchos profesionales tales como arqueólogos, antropólogos, ingenieros, historiadores, poetas, etc.—; ha sido y es para preservar el lugar y que sea un Santuario de la Memoria. Para ello, se cuenta con cientos de apoyos expresos como el Ministerio de las Culturas, el CORE de la Región de Coquimbo, el Alcalde de la ciudad de La Serena, del Gobernador del Elqui, de varios diputados de la República; de los Premios Nacionales, Gabriel Salazar, Sergio Villalobos, Jorge Pinto Rodríguez, etc., y de muchísimas organizaciones culturales de Chile. Avanzamos en el propósito que sea declarado a la brevedad Monumento Histórico Nacional por el Estado de Chile.
En la memorable batalla de Los Loros —en la quebrada del mismo nombre, a 3 kilómetros al noreste de La Serena— se enfrentaron las tropas: 1.100 soldados del Ejército Libertador del Norte dirigidas por el general, Pedro León Gallo y 1.500 soldados profesionales del ejército del Estado de Chile, conducido por el coronel José María Silva Chaves. Fue una contienda total, ya que se enfrentaron con artillería, caballería e infantería. Al amanecer del 14 de marzo, al despejarse la niebla, la tropa revolucionaria fue entrando sigilosamente a esta quebrada, por el lado norte de la pequeña cadena de cerros, que van de oeste a este hasta la misma quebrada, separadas por menos de un kilómetro a las tropas del gobierno que oteaban por lado sur de estas leves montañas. Un pequeño destacamento revolucionado guiado por el capitán Montes distraía al ejército del gobierno, frente al llano, al suroeste de la quebrada. Cuando este pequeño destacamento era diezmado, Silva Chaves se da cuenta que había sido engañado. Las tropas de Pedro León Gallo habían logrado pasar al lado este de la quebrada. Entonces, Silva Chaves envió tropas a la boca norte de la quebrada. Pero, el comandante del Estado Mayor revolucionario, Ramón Arancibia Contreras, desplegó algunas tropas en guerrillas y detuvo el ataque por algunos minutos, lo que permitió que tropas revolucionarias pudieron desplegarse en la punta sureste de la quebrada, dejando la artillería en el centro. Al no poder Silva Chaves entrar a la quebrada, se desplegó de frente a las tropas de Pedro León Gallo, quedando ambas tropas separadas solo por la quebrada. Las tropas revolucionarias desplegadas en la ladera este de la quebrada, hicieron un martillo en su derecha, en su boca norte. Como es lógico a cualquier estratega, Silva Chaves trató de quebrar el centro revolucionario y romper en el norte el martillo revolucionario. Sin embargo, no lo logró. El enfrentamiento se mantuvo en toda la línea durante algunas horas. Cuando las armas hechizas de los revolucionarios empezaron masivamente a fallar, Silva Chaves envió a sus hombres a bayoneta calada a la carga. Cerca del mediodía, las tropas se enfrentaron cuerpo a cuerpo. Los revolucionarios dejaron sus fusiles. Y tomaron esa herramienta llamada corvo, y atacaron ladera abajo, y desarmaron a las tropas del gobierno, los cuales abandonaron sus armas; otros se rindieron y los demás, huyeron hacia el río Elqui, y se embarcaron en Coquimbo. Los muertos de la batalla fueron: 200, entre muertos y heridos del gobierno y 400 entre prisioneros y dispersos; de las tropas del norte: 130, entre muertos y heridos. Fueron muy sentidas las muertes del comandante de la Legión Huasquina, José Antonio Peña y Víctor Torreblanca. Y muchos oficiales heridos, entre ellos: el general Pedro León Gallo con dos heridas y José Antonio Moreno, que perdió un brazo. En la tarde, de ese día más glorioso para el norte, las tropas revolucionarias entraron en La Serena y fueron recibidas con hurras, campanadas y flores.
Rrpp.
SPPMG.