Cuando el amor de los hijos es más fuerte que el olvido

  • La demencia y el Alzheimer son enfermedades que afectan a un 75% de los residentes en Fundación las Rosas. Este Día del Padre muchos de ellos no recordarán esta fecha, pero sí quienes continúan entregándoles el cariño a sus progenitores, como Hilda López, quién tiene a su padre en el Hogar de La Serena. Un testimonio de amor y gratitud.

La figura de don Jesús López no pasa desapercibida en el Hogar La Visitación de María de Fundación Las Rosas, en La Serena. Le gusta usar un sombrero blanco pequeño con alas, camina muy erguido y saluda siempre cortés a todos. En tiempos sin pandemia, cuando se podían hacer visitas y llegaba alguna agrupación folclórica a cantar y poner música, don Jesús era de los primeros en salir a la pista de baile e invitar a alguna cuidadora a seguir el ritmo.

“Coqueto como él solo” comenta su hija Hilda con una sonrisa y nostalgia. “Lo extraño mucho y en este Día del Padre mucho más”, agrega quién por vivir en La Serena, es la encargada de los cuatro hermanos de ir a verlo, pero no ha podido hacerlo debido a la barrera sanitaria que existe para los hogares de adultos mayores, y que en los casos más extremos está próxima a cumplir 500 días sin visitas de apoderados, familiares o amigos.

“Este año de la pandemia ha sido muy duro para mí porque he visto el mayor deterioro de mi padre, diagnosticado con demencia fronto-temporal, y las veces que me he podido acercar, él ya sencillamente no me reconoce” afirma Hilda con tristeza.

Proceso de olvido

Don Jesús nació en Santiago en 1930 y se crió solo con su madre. Al terminar sexto de preparatoria debió salir a trabajar con apenas ocho años; y a los 20, ya formaba su propia familia. Sin embargo, el destino le arrebató a su mujer cuando tenía 32 años y desde ese día se hizo cargo solo de sus 4 hijos. Alternaba su trabajo en el taller de desabolladura y el cuidado de sus hijos. “Yo lo veo como un luchador, siempre se esforzó toda la vida por nosotros. Fue estricto claro, pero todos salimos personas honradas y de buenas costumbres y nunca nos faltó nada” señala Hilda, la tercera de los hermanos.

También le gustaba mantenerse en forma y salía a trotar por las calles incluso a los 84 años. Pero de a poco empezó a olvidarse de cosas. El primero en notarlo fue su hijo mayor que trabaja junto a él en el taller. “Se olvidaba de encargos, luego se empezó a perder y todos salíamos a buscarlo desesperados, hasta que un día lo encontramos que lo habían golpeado y robado, entonces tomamos la decisión de no dejarlo solo y yo me lo traje a vivir conmigo a La Serena” agrega Hilda.

Pero la enfermedad hizo que su padre cambiara y fuera muy difícil la convivencia. Hilda debía trabajar y no podía dejarlo solo ya que siempre trataba de salir. Tampoco contaba con los recursos para tener a alguien que lo cuidara. Fue entonces que decidieron postular a Fundación Las Rosas.

“El día que lo aceptaron y lo fui a dejar, tuve sentimientos encontrados. Fue una experiencia muy terrible para mí, es como cuando tú llevas al niño al jardín infantil porque sabes que es necesario, pero no quieres al mismo tiempo porque te da una pena terrible separarte de él” agrega su hija. Desde ese día lo empezó a visitar constantemente y se involucró cada vez más con la labor de Fundación Las Rosas.

Día del Padre

A los meses de ingresar al Hogar, Hilda comenzó a notar una evolución positiva en su padre. Más pausado, más tranquilo, “aunque seguía caminando rápido por todas partes” recuerda con una sonrisa. Fue en ese tiempo donde más pudo acercarse a él y reconciliarse con las cargas que va dejando el tiempo. “A mis 63 años puedo comprender todos los sacrificios que hizo por nosotros, lo estricto que se ponía y  que una como niña no entendía y juzgaba”, agrega.

“Aprendí a conocer su enfermedad y los cuidados que requiere. Yo aún le dejo a las cuidadoras mensajes plastificados a mi papá, porque a él siempre le ha gustado leer y todavía lo hace. Estoy muy agradecida de la tremenda labor que Fundación Las Rosas hace con él y con todos los demás residentes, la mayoría que no tiene a nadie que lo vaya a ver”, señala Hilda.

Pensando en este Día del Padre y a modo de reflexión agrega: “Yo les diría a quienes tienen a sus padres en buen estado, no pierdan la oportunidad de ser agradecidos con ellos. Va a ser un recuerdo lindo porque nunca se sabe cuando se van a ir. Díganles cuanto los quieren, denle las gracias, valoren que aún los reconocen y que pueden tenerlos cerca, porque el día menos pensado, la memoria se borra, se esfuman los recuerdos y una desaparece de la vida de ellos”.

RECUADRO

Fundación Las Rosas es una institución sin fines de lucro que desde 1967,  ha trabajado por seguir cumpliendo la misión de acoger a las personas mayores más pobres del país, entregándoles amor, cariño y los cuidados necesarios para que vivan su vejez con la dignidad que todos merecemos. En estos 54 años, Fundación Las Rosas se ha transformado en el establecimiento de larga estadía para adultos mayores (ELEAM) más importante del país, con 28 hogares y 2.000 residentes en promedio, distribuidos entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos.

Durante todo el mes de junio, junto a otros 140 hogares de adultos mayores, Fundación Las Rosas realiza la campaña “Colecta Mayor 2021”, que busca reunir fondos para apoyar a más de 6.000 adultos mayores de todo Chile que se han visto especialmente afectados por la pandemia.

Con una meta de $400 millones, la campaña hasta ahora no ha logrado los resultados esperados; por eso, si desea realizar una donación, puede hacerlo vía on line en el sitio web: www.colectamayor.cl.

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