María Emilia Undurraga Marimón
Ministra de Agricultura
30 representantes del mundo público, privado, de la sociedad civil y la academia nos reunimos, la semana pasada, para conformar el Consejo Nacional de Desarrollo Rural, convocados por el Presidente Sebastián Piñera, para impulsar la implementación de una política de Estado inédita: la Política Nacional de Desarrollo Rural.
Este Consejo, con una conformación diversa de actores de distintas regiones, rubros y sectores, y también paritaria, debe aportar con ideas para cerrar las brechas entre lo rural y lo urbano y, también, para que este hito no quede solo en La Moneda, lo cual por cierto es simbólico respecto de su importancia para el país, sino que se concrete avanzando en acciones en los territorios. Para esto, junto a la SUBDERE, hemos iniciado un programa piloto que se aplicará junto a los gobiernos regionales de Atacama, O´higgins y Aysén; y, durante el segundo semestre, con apoyo del BID, levantaremos un Plan Nacional con miras al 2050.
Por lo pronto, y en materia de inversión para la reactivación, más del 50% de los fondos de reactivación del plan “Paso a Paso Chile se Recupera”, cuyo total asciende a 16 mil millones de dólares, se dirigen a obras que se realizan en comunas rurales, destacando mejoras sustanciales en caminos rurales, agua potable, viviendas, transporte, telecomunicaciones y recintos deportivos, además de cuidado de los bosques y agua para la producción de alimentos.
Más allá de estos significativos avances lo que nos ha ocupado este tiempo es hacer visible la relevancia del mundo rural para Chile, ya que es estratégico y esencial pensar en el 83% del territorio nacional, y un imperativo de justicia mejorar la calidad de vida del 25% de nuestra población. Zona rurales donde la participación en las últimas elecciones apenas alcanzó el 14% y que muchas veces no se ve interpelada por programas y discursos enfocados a la realidad de las grandes ciudades, sin prestar atención, por ejemplo, al valor fundamental de los territorios para la sustentabilidad y la seguridad alimentaria.
Existen chilenos y realidades invisibles que requieren, con urgencia, una institucionalidad enfocada en el mundo rural que impulse su avance en materia de integración, inclusión, conexión y equidad territorial.